En marzo, “El Chapo” pidió a su defensa agilizar su extradición a Estados Unidos por encontrarse “desesperado” por no poder dormir. Foto: EFE
El capo mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán se está volviendo loco, calvo y fármaco dependiente por la “tormenta psicológica” que las autoridades de México le hacen vivir en la cárcel en que se encuentra recluido, dijo este 14 de julio uno de sus abogados.
Tras meses de no verlo, José Refugio Rodríguez, abogado del líder del cártel de Sinaloa, compareció recientemente en la cárcel de Ciudad Juárez (norte) para visitar a su cliente, el narcotraficante más buscado del mundo antes de su captura.
“Algo que es inminente es que Joaquín se está quedando sin pelo en la parte superior de la cabeza. La calvicie es evidente”, dijo el abogado a Radio Fórmula.
Según Refugio Rodríguez, el capo de 59 años le expresó su desazón.
“Estoy loco (…) con el trato que estoy recibiendo, me siento muy mal. Ya un doctor pasó y me dijo que lo que tengo es angustia”, habría dicho el capo a Refugio Rodríguez.
En marzo, el capo pidió a su defensa agilizar su extradición a Estados Unidos por encontrarse “desesperado” por no poder dormir. Sin embargo, poco después sus abogados presentaron recursos para evitar el traslado a territorio estadounidense.
Guzmán es requerido por una corte de Texas (centro-sur de EE.UU.) por homicidios, narcotráfico, delincuencia organizada, posesión de armas y lavado de dinero, mientras que en California (suroeste) se le acusa de importar y distribuir cocaína.
Este 14 de julio, Refugio aseguró que su cliente vive “una tormenta psicológica” y que “preferiría que la tortura fuera a golpes”.
Además, el capo -que necesita medicinas para controlar su presión arterial– pide que se analizan los medicamentos que se le administran en la cárcel, pues “ya se siente fármaco dependiente”, señaló Refugio Rodríguez.
“El Chapo” dejó en evidencia al gobierno en julio del año pasado al escaparse por segunda vez de un penal de máxima seguridad. En esa ocasión, a través de un kilométrico túnel cavado bajo la ducha de su celda en El Altiplano, una cárcel a las afueras de Ciudad de México donde fue recluido nuevamente tras su recaptura el 8 de enero.
En mayo pasado, fue transferido inesperadamente a la cárcel de Ciudad Juárez.
La semana pasada, el gobierno mexicano hizo pública una foto del narcotraficante en esa cárcel ante una fuerte ola de rumores en redes sociales de que se había fugado por tercera vez.