Un resultado electoral inesperado. Los sondeos preelectorales auguraban que Daniel Scioli estaba cerca de ganar en primera ronda, pero terminó lejos de ese objetivo y con una ventaja de sólo 2,5 puntos sobre el opositor Mauricio Macri. Foto: EFE
El quinto aniversario de la muerte del expresidente argentino Néstor Kirchner (2003-2007) encuentra a su movimiento político en crisis luego de un resultado electoral inesperado, a poco más de un mes de que culminen 12 años de gobierno kirchnerista. La presidenta Cristina Fernández viajó bajo total hermetismo a la austral ciudad de Río Gallegos para rendir homenaje a su esposo y antecesor, cuyos restos descansan en un enorme mausoleo en el cementerio local.
Néstor Kirchner murió el 27 de octubre del 2010 en su residencia en la localidad santacruceña de El Calafate. La mandataria se llamó a silencio desde la noche del domingo, cuando el candidato presidencial del kirchnerista Frente para la Victoria (FpV), Daniel Scioli, accedió en los comicios generales a la segunda ronda pero sin el porcentaje de votos esperado y el oficialismo perdió la gobernación de la estratégica provincia de Buenos Aires.
Los sondeos preelectorales auguraban que Scioli estaba cerca de ganar el domingo en primera ronda, pero terminó lejos de ese objetivo y con una ventaja de sólo 2,5 puntos sobre el opositor Mauricio Macri, su rival en la segunda vuelta programada para el 22 de noviembre.
El partido gobernante quedó sumido en un cruce de acusaciones entre el núcleo duro del kirchnerismo y el sciolismo en busca del responsable del resultado electoral, que ahora dejará librada la continuidad del FpV en el poder a la incertidumbre de una segunda ronda. El ex candidato a gobernador bonaerense del FpV y jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, responsabilizó de su derrota al “fuego amigo” y desató una caza de brujas. A la vez, desde el sciolismo se apunta contra Fernández, quien fue apuntalado por la presidenta pese a ser uno de los funcionarios con peor imagen pública.
En las presidenciales del domingo, el 36,86% de la población votó a favor de Scioli, mientras que el 63,14% optó por opciones opositoras. Aunque el FpV logró mantener la mayoría propia en el Senado, perdió el quórum en la Cámara de Diputados.
La representación del ultrakirchnerismo, como por ejemplo del movimiento juvenil La Cámpora, quedará en tanto reducida a menos de 20 legisladores en la Cámara baja, por lo cual se abre un escenario quizás más peronista y menos kirchnerista a futuro. La presidenta pareciera haber tomado distancia de Scioli, a quien le dio varias muestras de apoyo en las últimas semanas pese a que varias veces lo condicionó públicamente a continuar “la transformación” que propone el modelo kirchnerista.
Es una incógnita cuál será el peso del kirchnerismo y el papel de Cristina Fernández a partir del 10 de diciembre, cuando termine su segundo mandato, asuma el nuevo presidente y termine formalmente la era “K”. Scioli, que llegó a la política de mano del peronista Carlos Menem (1989-1999), tiene una raíz más peronista que kirchnerista y lo demostró al anunciar su eventual gabinete de gobierno, con muy pocos integrantes de la gestión actual. Pero a cinco años de su muerte y a 12 de su llegada al poder, el discurso de Néstor Kirchner reaparece ahora en la campaña de Scioli de cara a la segunda ronda. Cuando el político santacruceño asumió el poder el 25 de mayo de 2003 prometió “hacer que el Estado ponga igualdad allí donde el mercado excluye y abandona”.
Ahora, el candidato del FpV volvió a plantear el antagonismo entre el Estado fuerte del modelo kirchnerista y el mercado neoliberal, con el que busca identificar a Macri, el postulante del frente opositor Cambiemos y líder del partido de centroderecha PRO.
Scioli contrapone “un gobierno que tenga muy claro lo que tiene que defender, proteger y priorizar” con “la concentración y dejar todo librado al mercado, con políticas de endeudamiento que generaron una gran frustración”.
El candidato y gobernador bonaerense intenta también reeditar aquel proyecto político transversal que trató de gestar Néstor Kirchner, para sumar apoyo de cara a la segunda ronda. Por ello, Scioli se identifica como “un punto de encuentro entre los peronistas y los ciudadanos que pueden simpatizar con otros partidos políticos que coinciden con la presencia del Estado y las políticas sociales”. “Tengo que ser profundamente integrador, algo que está en mi naturaleza”, subrayó Scioli en medio del terremoto que sacude al partido gobernante.