Homicidio o suicidio: dilema judicial a seis meses de muerte de Nisman

La tumba del fiscal Alberto Nisman en el cementerio judío de la Tablada en Buenos Aires (Argentina). Foto: EFE

La tumba del fiscal Alberto Nisman en el cementerio judío de la Tablada en Buenos Aires (Argentina). Foto: EFE

La tumba del fiscal Alberto Nisman en el cementerio judío de la Tablada en Buenos Aires (Argentina). Foto: EFE

La Justicia argentina mantiene dudas acerca de si el fiscal Alberto Nisman, hallado muerto de un disparo en la cabeza hace hoy (18 de julio) seis meses, fue asesinado o se suicidió un día antes de ratificar en el Parlamento una denuncia contra la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

"No hay ninguna prueba directa ni elemento contundente para decir que al lado de Nisman había alguien cuando murió", expresó la fiscal a cargo del caso, Viviana Fein, a sus colaboradores, según citó este sábado el diario Tiempo Argentino.

El matutino destacó, sin embargo, que Fein "sospecha" que de haberse tratado de un suicidio "no fue una decisión absolutamente voluntaria y personal" del fiscal, que llevaba más de una década al frente de la investigación del atentado terrorista a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), cometido el 18 de julio de 1994 y en el que murieron 85 personas.

"La hipótesis que parece cerrarles mejor (a los investigadores) es que Nisman se haya pegado el tiro, tal como dice el dictamen de los peritos oficiales, pero que lo haya hecho por alguna razón que todavía no salió a la luz. Posiblemente, obligado", resaltó hoy el diario La Nación.

Nisman fue hallado sin vida el 18 enero pasado, cuatro días después de denunciar a la presidenta y a un grupo de funcionarios y partidarios del gobierno de buscar, mediante la firma de un acuerdo con Irán, el presunto encubrimiento de los ciudadanos de ese país acusados por el ataque al centro judío.

El fiscal se encontraba solo en su departamento, situado en la zona de Puerto Madero, una de las más exclusivas y vigiladas de Buenos Aires. Además, Nisman tenía una custodia permanente integrada por diez oficiales de policía.

Según la investigación del caso, un colaborador suyo, Diego Lagomarsino, le llevó horas antes un arma que Nisman, dijo, le había solicitado por temor a que su familia se encontrara en peligro a partir de la denuncia contra la jefa de Estado.

El cuerpo de Nisman fue hallado con un disparo en la cabeza efectuado con el arma de Lagomarsino, resaltaron las pericias oficiales. Al día siguiente el fiscal tenía previsto presentarse ante una comisión parlamentaria para referirse a la acusación contra Kirchner, que en mayo pasado fue desestimada por un tribunal de instancia superior.

La exesposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, aseguró en su momento que el fiscal "no se suicidó" sino que "lo mataron", pero los peritos oficiales desestimaron la hipótesis del asesinato.

En las manos del funcionario judicial, en tanto, no se hallaron restos de pólvora. En junio pasado una investigación periodística mostró en televisión imágenes del peritaje de la escena donde se halló muerto a Nisman.

El informe permitió ver cómo se limpió la pistola hallada bajo el cuerpo del fiscal y, según la emisión, supuestos "graves errores" en la investigación, entre ellos peritos que buscaron pruebas sin guantes.

La fiscal Fein aseguró que "no se contaminó la escena del crimen" aunque reconoció que se limpió el arma con papel higiénico para "localizar" su marca, el calibre y la numeración de la pistola.

"La muerte de una persona siempre causa dolor y pérdida entre sus seres queridos y consternación en el resto. El suicidio provoca además, en todos los casos, primero estupor y después interrogantes", expresó la presidenta Kirchner un día después del hallazgo del cadáver y por medio de una carta pública.

Sin embargo, 72 horas más tarde la jefa de Estado dijo estar "convencida" de que "el suicidio no fue suicidio", y relacionó el hecho con el vínculo que Nisman tenía con espías de inteligencia que a fines de 2014 habían sido desplazados del Estado.

Este viernes (17 de julio), durante el acto organizado a 21 años del atentado a la AMIA, dirigentes de la comunidad judía dijeron que la muerte de Nisman "hizo sentir los ecos de la bomba" en la mutual.

A la ceremonia asistió Iara, una de las hijas de Nisman, que en una carta leída allí pidió ayuda para "encontrar la verdad sobre lo que pasó" con su padre. "Dicen cosas para ensuciarlo. Él no se puede defender y le restan valor a su esfuerzo y trabajo", sostuvo la adolescente, de 15 años.

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