La fuente de agua, ubicada junto al balneario de Tangalí, en Otavalo, es considerada por los indígenas como un sitio sagrado. Ahí se realizan rituales. Foto: José Mafla / EL COMERCIO
El agua aflora burbujeante en la vertiente Tangalí, del cantón Otavalo, en Imbabura.
En esa fuente natural, de aguas amarillentas, fueron encontradas la mañana de ayer seis personas, que presuntamente habrían fallecido durante la noche del martes último.
A pocos pasos del estanque de agua termal, en donde estaban sumergidos los cuerpos de cuatro mujeres y dos hombres, hay dos piscinas pequeñas.
Según Gonzalo Paredes, teniente político de la parroquia Quichinche, este balneario es administrado por la comunidad indígena de Tangalí.
Decenas de vecinos y socorristas del Cuerpo de Bomberos y la Policía llegaron hasta este sitio, ubicado junto a una hondonada, a la que se accede por un camino empedrado.
Se presume que por este ramal, que conecta a la vía Otavalo – Selva Alegre, ingresaron las seis víctimas, la noche del martes, a bordo de un automóvil Chevrolet Aveo, color rojo, de placas XBB-2308.
El vehículo estaba parqueado junto a la fuente. A las 06:40, los bomberos de Otavalo recibieron una llamada telefónica. Se les alertó sobre la trágica escena. Así recuerda Carlos López, teniente de la institución, que participó en el rescate. Se movilizaron hasta el lugar, ubicado a tres kilómetros, al oeste de la fábrica cementera Lafarge.
Dentro del carro estaba dormido un niño, de aproximadamente 7 años, supuesto familiar de las víctimas.
El pequeño habría narrado a los agentes de la Policía que viajaron desde Cañar en un bus hasta Cotopaxi. En esa provincia se habrían contactado con el conductor del automóvil rojo, quien los trasladó hasta las fuente de Tangalí.
También les había comentado que quería bañarse, mientras sus familiares realizaban un ritual. Pero su madre se habría negado y le recomendó subirse al automóvil.
Foto: José Mafla / EL COMERCIO
Junto al portón negro de rejas del balneario hay un rótulo que indica que el valor de ingreso para los adultos es de USD 0,50 y 0,25 para los niños.
Sin embargo, nadie vio cuándo ingresaron las víctimas, pues el lugar no tiene vigilancia durante la noche y madrugada.
Para los indígenas de los alrededores, la fuente es un sitio sagrado, que se utiliza para hacer rituales de sanación.
Los agentes, alrededor de 20 que permanecían con mascarillas, se sorprendieron al encontrar junto a la fuente velas, huevos, plantas medicinales, vísceras y aves muertas.
Entre las pertenencias se encontró también una tarjeta, a nombre de un chamán naturista, que ofrecía soluciones a los problemas de dinero, amor, trabajo, negocios y viajes. Su dirección indica que se le puede contactar en Salcedo, Cotopaxi.
Al parecer, cuatro de los fallecidos serían miembros de una misma familia: padre, madre y dos hijos. Las otras dos víctimas mortales serían curanderos, según un comunicado emitido ayer por el Ministerio del Interior.
Cinco de los muertos estaban con trajes de baño. Mientras que una mujer, cuyo cuerpo fue el primero en ser recuperado, estaba vestida y llevaba botas.
Uno a uno, los cadáveres, que flotaban boca bajo fueron sacados de la fuente, que no mide más de un metro de profundidad, por los buzos del Cuerpo de Bomberos.
Luego fueron trasladados hasta la morgue de Ibarra, para los exámenes necrológicos. Los investigadores también tomaron muestras de agua, para investigarlas.
En el informe del Ministerio del Interior también se señala que “se trataría de una muerte accidental producto de la aspiración de gases tóxicos emanados de las aguas termales”.
Hasta el cierre de esta edición no se conocía la identidad oficial de los fallecidos.
Édgar López, comandante de Policía de Imbabura, aseguró que se están analizando los documentos personales para tratar de contactarse con los familiares de los infortunados.
Por lo pronto, la tenencia Política de Quichinche ordenó a la comunidad cerrar el balneario.