De la Corresponsal en Nueva York
Roger Saquicela cuando vino a Nueva York trajo en su maleta el sueño de continuar haciendo gimnasia. Él era parte del equipo olímpico que se entrenaba junto con Jefferson Pérez, pero aquí la necesidad de sobrevivir acabó con ese anhelo.
Quiso que su pequeño hijo siguiera sus pasos, pero no le gustó. Al niño lo que le apasiona es el taekwondo. Su disciplina y agilidad ya lo ha hecho merecedor a sus primeros premios en cinturón verde con negro.
Tras esa energía y agilidad infantil está su profesor: Julio Mora, otro ecuatoriano, quien en Nueva York poco a poco recuperó el sueño de seguir practicando el deporte que era su razón de existir en la ciudad de Milagro.
Mora llegó a Nueva York junto con su esposa y su único hijo. Para subsistir vendía tarjetas telefónicas prepagadas de tienda en tienda. Doce años después entró al Salón de la Fama de las Artes Marciales de EE.UU.
Steven Katz fue el primer maestro de una escuela de taekwondo que le dio la oportunidad de entrar allí como entrenador. “Le gustó mi currículum y mi experiencia, desde entonces me prometí no abandonar esta disciplina, precisamente eso es lo bueno del taekwondo, que nos enseña a ser rigurosos”, dice Mora.
“Este es un proceso en el que permitimos a esos que ya han sido elegidos que escojan las nuevas categorías. Solo aceptamos sugerencias de nuestros miembros especializados. Hasta aquí nos llegó la experiencia del señor Mora, revisamos su historia deportiva y creo que hemos hecho una excelente elección”, le dijo a este Diario Jim Thomas, director del Salón de las Artes Marciales, con sede en Centerville, Indiana.
La categoría en la que Mora fue elegido fue Mejor Trayectoria, pues lleva más de 30 años no solo practicando taekwondo sino sembrando la pasión por este deporte en los jóvenes y los niños. Mientras vivió en Ecuador fue siete veces campeón nacional, dos veces campeón sudamericano y una vez subcampeón.
Lo de vender tarjetas era un trabajo pasajero. En su mente el objetivo era tener su propia escuela de taekwondo. Desde hace cinco años ese sueño es realidad y por ella han pasado cientos de alumnos que ahora son cinturones negros, y por los que las madres como las de Ernesto Cibrián, de El Salvador, agradecen porque saben que su hijo está más seguro en las calles neoyorquinas.
“Más arriba, más arriba, ¡más arribaaaa!, golpea, golpea, ¡golpeaaa!, no te quedes, no te quedes, ¡no te quedeees!”, sus palabras salen, sea en inglés y español, tan rápido como los movimientos de sus manos para evitar una patada de sus alumnos.
Ellos pueden llegar lejos si se lo proponen. Esta disciplina es de mucha paciencia; al principio se puede avanzar rápido hasta alcanzar cinturón negro, pero después para escalar a la máxima escala que es Dan número 10, solo se logra con los años y la constancia en el deporte.
Mora es dan número cinco y posee varias medallas en Nueva York, como las del Campeonato de Masters en 1993 y la de oro en el torneo de Supervivencia del más Fuerte en 2002.
Su nombre estará entre los de Chuck Norris, Bill Wallace, Jackie Chan, quienes tienen un sitio de privilegio en el Salón de la Fama de las Artes Marciales. “Son 33 años de vida de este Salón. Lo hemos logrado y este es nuestro homenaje para todos. Es un trabajo que lo hemos hecho juntos”, dijo Thomas. Mora es uno de ellos…
Nueva York, en los próximos días, le hará un homenaje a este ecuatoriano que también es es editor de la revista World Sports y tiene un programa de TV.