Redacción Espectáculo
‘El infierno es una chica adolescente”, se dice en el comienzo del filme. Con esto se anuncia que hay por ahí una guionista que no está dispuesta a cederle el protagonismo absoluto a Megan Fox, explicable destinataria de todas las miradas. Se entiende: Diablo Cody, que pasó del anonimato al Oscar de un solo salto gracias al jugoso libreto de La joven vida de Juno, quien también tiene una popularidad que defender.
Es una pena que se la note tan preocupada por acumular ocurrencias y disparar diálogos ingeniosos, quizá para estar a la altura de una fama obtenida de modo tan fulminante: así pierde la frescura, cuando no la coherencia del relato, que también es necesaria aunque la propuesta sea deliberadamente un pastiche y aunque parezca que todo está permitido cuando se concibe, como en este caso, una delirante comedia de horror.
Lo grave es que, en lugar de salir en su ayuda, Karyn Kusama empeora las cosas con una dirección errática y unas cuantas torpezas formales, entre las que destacan un par de descabellados montajes paralelos y una escena de incendio.
El filme propone una mezcolanza. La intención: repasar en clave irónica los lugares comunes de unos cuantos géneros populares entre el público juvenil.
Hay un poco de todo: horror, demonios, vampirismo, inquietud sexual, miedos, inseguridades y fantasías adolescentes, una pizca de lesbianismo, venganza, brujería, punk rock, clásicas situaciones de comedia estudiantil y sangre, mucha sangre.
Además está la peligrosa Megan Fox, no tan generosamente exhibida como querrían sus fanáticos. Ella es la chica que todos quieren conquistar, y su amiga inseparable (Amanda Seyfried), la fea encargada de contar la cruenta historia.
La ficha técnica
Título: ‘Diabólica tentación’
Dirección: Karyn Kusama
Guión: Diablo Cody
País: Estados Unidos
Año: 2009. Dur.:104 minutos
Fotografía: Xavi Giménez
Reparto: Megan Fox, Amanda Seyfried, Adam Brody
Música: Stephen Barton y Theodore Shapiro.