Jamil Mahuad rompe el silencio y cuestiona a la Justicia

Jamil Mahuad. Foto: Archivo EL COMERCIO

Jamil Mahuad. Foto: Archivo EL COMERCIO

La decisión de la Interpol de publicar la alerta roja para el expresidente Jamil Mahuad hizo que su defensa reaccionara con celeridad. Esta mañana circuló un comunicado de prensa de varias páginas en las que Mahuad señala que el juicio planteado en su contra, que se discute en la Corte Nacional de Justicia “es nulo y obedece a repercusión política”.

Desde que el exmandatario viajó a EE.UU., a mediados del 2000, tras su derrocamiento, el silencio ha sido su comportamiento político. Sus declaraciones públicas se cuentan con los dedos de las manos. La última se realizó en febrero del 2012, cuando la revista Vistazo publicó una entrevista donde comentaba sus actividades académicas, insistiendo en la necesidad de las duras medidas que tomó, según él, para salvar al país de la hiperinflación. Estas fueron el feriado bancario y el congelamiento de los depósitos.

Sin embargo, Mahuad ha preferido mantenerse distante del acontecer político nacional hasta ahora cuando en su boletín señala que “es conocida en el mundo, la situación actual de la Justicia ecuatoriana y su rol de ejecutora de periodistas y ciudadanos críticos del gobierno así como de opositores políticos”.
Mahuad señala además que “cuando aún faltan 4 instancias jurídicas para que el proceso tenga una sentencia definitiva, se arma un escándalo político con este caso para desviar la atención”.

También insiste en que se lo ha juzgado a la luz del dolor que causaron sus medidas, pero que no se reconoce que el peor mal pudo haber sido el caer en una hiperinflación, con efectos sociales más duros para la gente pobre. En ese sentido, señala que tuvo la valentía de haber tomado medidas transcendentales para el país, como la firma de la paz con el Perú, el bono de desarrollo humano y el decreto de la dolarización , “dándole al Ecuador la estabilidad económica que ha contribuido a reducir la pobreza durante casi 15 años”.

Mahuad dice que durante 14 años, la orden de arresto domiciliario le ha impedido volver al país y estar cerca de su familia y amigos. “Los estudiantes ecuatorianos que hoy se gradúan de bachilleres tenían 4 años cuando salí. No me conocen, nunca me han visto y solo saben de mi a través del ‘linchamiento mediático’ conducido por quienes, precisamente, lo denuncian como práctica inmoral”.

Finalmente, Mahuad dice ser víctima “de las decisiones políticas ordenadas por odiadores profesionales y ejecutadas por funcionarios obsecuentes”.

Mahuad pide a Dios “serenidad” para defender su honor y su libertad.

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