Andrés Michelena, gerente general de los medios públicos, explicó que Hernán Ramos fue cesado se su cargo como gerente editorial por una interpretación equivocada “de los objetivos finales de una ley aprobada en la Asamblea Nacional” en un titular de Diario El Telégrafo. Foto: Joffre Flores/ EL COMERCIO.
Hernán Ramos, a quien se le había encomendado dirigir la nueva línea editorial de los medios públicos, fue cesado del cargo ayer (29 de noviembre de 2017) por la mañana.
La causa: “haber interpretado equivocadamente los objetivos finales de una ley aprobada por la Asamblea Nacional por medio de un titular (en Diario El Telégrafo) aparejado de un gráfico de pésimo gusto”, señaló Andrés Michelena, gerente general de los medios públicos.
Esa publicación, del 28 de noviembre pasado, provocó una serie de críticas de políticos, activistas, representantes de organizaciones sociales y funcionarios del Gobierno.
Un día después, el Diario se disculpó por lo ocurrido. En su portada señaló: “El Telégrafo tituló el martes (28 de noviembre de 2017) ‘La ley del aborto en etapa final’. En estricto rigor, se trata de un error porque ninguna ley tiene ese sustantivo tan preciso y tan sensible por todo lo que significa en una sociedad que tiene opiniones muy diversas sobre una misma temática”.
No nos justificamos -se agregó en el Diario- “por la imprecisión del título de la nota informativa y por eso ofrecemos disculpas”.
Hasta ayer no se conocía quién podría reemplazar a Ramos en el puesto. Apenas en julio, Michelena había visitado con él y junto a Fernando Larenas, editor general de ese rotativo, las instalaciones en Guayaquil. Entonces dijo que los medios iban a ser incluyentes, libres para permitir ejercer el derecho de todas las voces y también autosustentables.
RECTIFICACIÓN
Por pedido de Hernán Ramos Benalcázar
Quito, 2 de diciembre de 2017
Sr. Director – Diario El Comercio
La nota “Gerente de Medios Públicos sale del cargo por portada de El Telégrafo” (El Comercio, nov. 30, 2017) donde mi nombre es elemento central de la noticia, contiene aseveraciones sin contrastación de fuentes. El diario vulneró sus normas de construcción periodística, además de las legales y constitucionales que protegen derechos fundamentales, entre ellos, el buen nombre de las personas. El texto recoge una versión, no la mía. Una primera explicación que recibí agrava el asunto. “Dentro del proceso periodístico de contrastación -anotó un editor-, ayer un periodista te llamó varias veces a tu celular”. Y como no hubo respuesta… ¡fue suficiente para que alguien autorice que se publique así la nota! Inadmisible en un diario serio y respetable.
Esta forma de proceder de El Comercio transgrede el Art. 22 de la Ley de Comunicación, cuando indica que la contrastación de fuentes implica “recoger y publicar, de forma equilibrada, las versiones de las personas involucradas en los hechos narrados”. Esta omisión lesionó mis derechos, al poner en entredicho mi buen nombre y mi trayectoria profesional. ¿Quién -y por qué- autorizó publicar esa nota tendenciosa, con deficiencias tan graves como elementales? Las respuestas las tiene Ud. señor Director y asumo que los correctivos internos evitarán posteriores réplicas de quien trata así la información donde se incluye los nombres de las personas.
Con estos antecedentes solicito, conforme el Art. 14 de la Convención Americana de Derechos Humanos, se proceda a publicar esta carta, como parte del pedido de rectificación de la referida información inexacta y agraviante. Adicionalmente, como Ud. sabe, según el Art. 23 de la Ley de Comunicación, la rectificación cabe cuando hay deficiencias en la verificación, contrastación y precisión de la información.
Atentamente,
Hernán Ramos Benalcázar