1 de cada 10 habitantes de calle en Quito adolece de salud mental

En Quito, en el Hogar Comunidad de Calle, de la Unidad Patronato Municipal San José, personas reciben talleres de manualidades y arte. Foto: Ana Guerrero/ El Comercio

Las vías, parques, puentes y otros espacios públicos de Quito son el hogar de decenas de personas. 1 de cada 10 sufre síntomas severos de enfermedades mentales.

Desempleo, violencia intrafamiliar y sexual, abandono y consumo de alcohol y drogas, derivadas de otras problemáticas están entre las causas que los llevó a las calles de Quito.

Entre febrero y marzo del 2022, el Municipio levantó información sobre este sector vulnerable de Quito. En 24 días y seis noches identificaron a 793 personas en esta situación. Estas son las últimas cifras con las que se cuenta.

Personal de la Unidad Patronato Municipal San José (UPMSJ) explicó que el diagnóstico es el primer paso para la caracterización de estas personas, en las que es frecuente la sintomatología demencial y psicótica.

La entidad hace abordajes diarios en las calles de Quito. Las jornadas incluyen acercamientos a las personas habitantes de calle, información sobre los servicios que da la institución y seguimientos. Estas se realizan también en las noches y madrugadas.

Durante el 2022, desarrollaron 30 545 atenciones a habitantes de calle. Las atenciones subieron respecto del 2021, incluyendo servicios para personas en situación de movilidad humana, en la Casa del Hermano.

Las cifras de habitantes de calle en Quito tienen rostros

Los habitantes de calle son en su mayoría hombres (89%) con instrucción educativa primaria. También hay adultos mayores, mujeres y jóvenes. 

Por dos décadas, Juan (nombre protegido), de 77 años, convirtió al Centro de Quito en su hogar. Las calles López y Chile son su dormitorio habitual. 

Al hombre se lo encontró desorientado en tiempo y espacio. Su cuadro incluye alucinaciones visuales, auditivas, delirios, soliloquios y conductas autoagresivas. 

Blanca (nombre protegido), de 50 años, ha hecho de los alrededores del Hospital Eugenio Espejo su casa y de la mendicidad en el Centro Histórico, su dinámica de vida. Ella también presenta una condición psiquiátrica

Las funciones cognitivas de la mujer se encuentran alteradas y presenta conductas similares a las de Juan. En este caso, se suma la denominada coprolalia, que se refiere a la expresión involuntaria de palabras obscenas o comentarios despectivos. Ella, al menos hasta lo que se conoce, carece de familiares cercanos. 

Blanca presenta esquizofrenia desorganizada, ligada al síndrome de Tourette, callejización y deterioro cognitivo. La UPMSJ indicó que la encontraron descompensada y en riesgo de ser agredida, debido a su comportamiento hostil. 

En ambos casos, la atención se ha dificultado por los cuadros psiquiátricos crónicos. Ellos no han aceptado la ayuda institucional, pues no tienen conciencia de su estado. Su agresividad no permite que reciban apoyo y por normativa en estos casos prima el principio de voluntariedad. 

José, de unos 30 años, también es habitante de calle. Él suele dormir en un contenedor de desechos, por el sector de los Dos Puentes, sur de Quito. 

La intervención de los técnicos municipales se suspendió por su nivel de violencia. Aunque su psicosis aguda demanda atención emergente.

Este estudio se presentó en la sesión 54 del Concejo Metropolitano de Quito, con la finalidad de que sirva para emitir ordenanzas, definir políticas y programas a favor de este grupo. 

Zonas con mayor presencia de personas sin hogar

Aunque en el diagnóstico se identificó mayor presencia de personas habitantes de calle en la zona Manuela Sáenz, el resto de Quito no quedó fuera. En número, le sigue la Eloy Alfaro y La Delicia. Fueron 453, 120 y 63, respectivamente. Claro que, según el estudio, los datos detallan la localización en el momento del levantamiento de información. 

En lo que se refiere a las actividades  económicas, la mayor concentración de habitantes de calle estuvo en los sectores norte, Centro y sur. Los principales medios de subsistencia identificados fueron la mendicidad y el reciclaje, percibiendo no más de USD 22 a la semana. Es decir, pobreza y extrema pobreza o indigencia

El panorama empeoró con la pandemia

A raíz de la pandemia, la situación se agravó. Por ejemplo, en el Hogar Comunidad de Calle hay quienes reciben talleres para generar un medio de vida. Una pareja de esposos llegó al sitio luego de perder su sustento durante la emergencia. 

La pareja aprendió a elaborar manualidades para venderlas y contar con un ingreso. Él trabajo por más de 20 años como guardia de seguridad. 

En el lugar, en el Centro de Quito, cuentan con alimentación y alojamiento nocturno. Unas 100 personas diarias reciben atención.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) la pobreza por ingresos a escala nacional se ubicó en 25,2%, a fines del 2022.  

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