Guillermo Lasso se mostró en contra al aborto en caso de violación. Foto: Archivo/ EL COMERCIO
Guillermo Lasso, excandidato presidencial, se mostró en contra del aborto encaso de violación. Lo hizo la tarde de este martes 6 de agosto del 2019 a través de su cuenta de Twitter.
“Un principio ético esencial es el respeto a la vida humana, desde la concepción hasta la muerte. Y por ello nunca estaré de acuerdo con la legalización del aborto ni tampoco con la pena de muerte”, afirmó Lasso en el escrito.
El expresidenciable detalló que el respeto a la vida humana no depende de las creencias religiosas, porque es un principio básico de una convivencia civilizada.
“Ello no supone dilema alguno con el carácter laico del Estado ecuatoriano. Por el contrario, es una consecuencia lógica de nuestro pacto constitucional, el cual establece que nuestra vida es inviolable, sin importar en qué creemos o en qué no creemos”, precisó.
Pero Lasso puntualizó que en caso de un embarazo por violación, se deben salvar las dos vidas, con asistencia profesional a la madre y hasta abrir el camino de la adopción para ese embarazo no deseado.
“Me preocupa que esta excepción sea solo la excusa para abrir las puertas al aborto, más que una auténtica solución para un problema tan delicado y grave de las mujeres y familias ecuatorianas”.
La reacción de Lasso surge un día después de que el exalcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, publicara un comunicado en el que se mostró en contra del aborto, pero también rechazó que las mujeres víctimas de violación sean condenadas y encarceladas por haber decidido interrumpir su embarazo.
El expersonero municipal porteña estableció que hay cuatro penas distintas que atraviesa la mujer embarazada producto de una violación.
“La primera, la violación. La segunda, soportar generalmente la libertad del violador gracias a artimañas legales. La tercera, la decisión de abortar, que es una pena en sí mismo. Y la cuarta, la cárcel y la condena social”.
De acuerdo con Nebot, pese a las penalidades actuales hay mujeres que deciden abortar y lo hacen en la clandestinidad, lo que en muchos casos causa la muerte de la mujer y del ser que ha concebido. “Por lo tanto, el problema es, además, social y de salud pública”.