El presidente Michel Temer realizó su primera intervención tras la masacre en una cácel de Manaos, Brasil, que dejó 56 muertos. Foto: AFP
El presidente de Brasil, Michel Temer, anunció este jueves 5 de enero del 2017 la construcción de más prisiones de alta seguridad, entre otras medidas, como reacción a la reciente masacre que dejó 56 muertos en una cárcel de Manaos, en la Amazonía brasileña. “Vamos a construir cinco presidios federales más para líderes (criminales) de alta peligrosidad”, dijo Temer al anunciar junto con varios de sus ministros un nuevo Plan Nacional de Seguridad Pública para afrontar la actual crisis penitenciaria en el país.
El Gobierno desembolsará además unos 150 millones de reales (unos 47 millones de dólares) para instalar bloqueadores de señal de telefonía celular en las cárceles, explicó el presidente en su primer pronunciamiento público sobre la matanza ocurrida entre el día de Año Nuevo y el lunes, que calificó de “accidente pavoroso”.
“Quiero, en mi primera intervención, solidarizarme una vez más con las familias cuyos presos fueran víctimas en aquel accidente pavoroso que ocurrió en el presidio de Manaos”, dijo Temer. La tragedia que duró unas 17 horas en una cárcel de Manaos conmocionó a todo el país y generó en los últimos días un fuerte debate en Brasil sobre las malas condiciones de sus cárceles. Los investigadores parten de que la masacre se debió a un ajuste de cuentas planeado entre dos grupos criminales dentro de la prisión.
Las nuevas cárceles deben tener instalaciones separadas para presos según su grado de peligrosidad, dijo Temer. Los gastos previstos son de hasta 45 millones de reales (14 millones de dólares) por prisión.
El ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, señaló que Brasil buscará además intensificar la cooperación con países vecinos como Bolivia, Colombia, Perú, Venezuela, Chile y Paraguay para combatir el tráfico de drogas y de armas.
La masacre en la cárcel de Manaos se atribuye a un ataque premeditado de la banda Familia del Norte (FDN), que opera en la región amazónica, contra el Primer Comando de la Capital (PCC), un poderoso grupo criminal de Sao Paulo, como parte de una disputa mucho mayor para hacerse con el control de las rutas del narcotráfico en Brasil.
Organizaciones de derechos humanos denuncian desde hace tiempo las malas condiciones en las cárceles brasileñas, donde los reclusos conviven hacinados y bandas criminales ejercen el control interno. Brasil tiene la cuarta mayor población carcelaria del mundo por detrás de Estados Unidos, China y Rusia. Más de 622 000 personas purgan actualmente cárcel en los penales brasileños, que tienen una capacidad oficial para 371 884 internos.
El diario “Folha de SaoPaulo” señaló hoy que en promedio una persona muere cada día en una cárcel brasileña, con una tasa de asesinatos equivalente a 57 muertes por cada 100 000 personas.
En 2016 murieron 367 personas en prisiones del país, según las cifras de “Folha”. Nueve ministros participaron hoy en la reunión convocada por Temer en el Palacio de Planalto de Brasilia para acordar el nuevo Plan Nacional de Seguridad Pública.
Además de De Moraes, en el encuentro participaron entre otros el jefe de Gabinete, Eliseu Padilha; el titular de Defensa, Raul Jungman; y los ministros de Exteriores y Seguridad Institucional, José Serra y Sérgio Etchegoyen, respectivamente.