Redacción Guayaquil
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La llegada de Fabricio Correa a las oficinas de la Fiscalía del Guayas tomó desprevenido al ministro fiscal del Distrito, Antonio Gagliardo.
Respaldo de Cosurca
Mientras Fabricio Correa visitaba al fiscal Antonio Gagliardo, un grupo de 20 ex trabajadores de Cosurca y Megamaq (firmas vinculadas al empresario) agitaba carteles y gritaba en su respaldo en las calles Aguirre y Pedro Carbo, en los exteriores de la Fiscalía en Guayaquil.
Máximo Villavicencio, representante de Cosurca, aseguró que el perjuicio económico a las empresas por la terminación unilateral de los contratos es de USD 37,8 millones. Según él, hay inversión hecha en equipos, en materiales, etc.
Con la medida aplicada por el Gobierno, Cosurca quedaría inhabilitada para contratar con el Estado por los próximos cinco años. 1 500 trabajadores irían a la desocupación, según la versión de Fabricio Correa.
Ayer, el hermano mayor del presidente Rafael Correa lo visitó pasadas las 10:00.
Intentó rendir su versión sobre las denuncias de supuestos actos de corrupción en el Gobierno. Hace dos semanas, luego de que el Ministerio de Transporte y Obras Públicas terminó unilateralmente los contratos con empresas Cosurca y Megamaq, vinculadas a sus negocios, Correa sugirió supuestas anomalías en el entorno del Jefe de Estado.
Tras una reunión de 10 minutos con Gagliardo, aclaró que sus declaraciones fueron netamente políticas. Explicó los significados de sus frases “Por el ojo tuerto te roban” y la “Revolución ciudadana parece el sexto velasquismo”.
Las dos frases fueron utilizadas el 10 de septiembre pasado, para advertir a Rafael Correa.
“Estaba hablando como hermano mayor, porque vengo insistiendo en que yo no soy de la oposición. Soy hermano mayor, preocupado por el éxito de mi hermano menor, que es el éxito del país. Usé una frase coloquial con la cual nos alertaba mi mamá cuando alguien nos quería hacer trampa en los juegos o en alguna cosa: Por el ojo tuerto te roban”, dijo.
Fabricio Correa llegó a la Fiscalía con su madre, Norma Delgado, y otros familiares. La semana pasada, Delgado viajó con su hijo menor, Rafael Correa, a La Habana, Cuba. Allí, el Presidente de la República se sometió a una intervención en la rodilla derecha.
Ayer, en las afueras de la Fiscalía, Fabricio Correa volvió a ser duro con el entorno de su hermano en el Régimen. “La propia encuesta del Gobierno señala que más de la mitad de los ecuatorianos piensa que hay igual o mayor corrupción en este Gobierno. Eso es lapidario… Por eso dije que parecía el sexto velasquismo…. El Presidente ha demostrado que él no roba, pero, sin embargo, la percepción es que en el Gobierno sí hay corrupción”.
Uno de sus empleados cargaba una caja blanca con la leyenda “Pruebas de corrupción”, que supuestamente contenía denuncias, pero nunca la abrió.
El empresario dejó entrever que el Presidente necesita hacer cambios en su entorno. “Tiene que remover el círculo mientras esté bloqueado…”. No terminó la frase y cambió de idea. “Las bases me llaman de la provincia y dicen (Ricardo) Patiño no deja hablar con él, entonces lo que yo trato es de comunicárselo, nada más…”.
A propósito de la terminación unilateral de los contratos con Cosurca y Megamaq, insistió en que una de las obras, a cargo de la primera, que se ejecutaba en la Amazonia, debía entregarse en agosto, a un costo de USD 3 millones.
“Ahora se la está licitando en USD 7 millones y con un plazo de un año. Eso se presta a meter la mano al bolsillo de todos los ecuatorianos y eso es lo que queremos precautelar con la advertencia”.
Gagliardo no recibió su versión. Correa fue citado ayer a declarar, pero en la Fiscalía General del Estado, en Quito, ante el ministro fiscal general, Washington Pesántez. Fue la segunda convocatoria a Correa hecha por Pesántez. Tampoco llegó a la primera cita, el miércoles 16 de este mes.
“No lo he convocado ni le he señalado fecha ni hora para que declare”, dijo Gagliardo. “Ni en Quito me han autorizado para hacerlo; mientras no haya esa delegación, no puedo hacer nada. Le sugerí que acudiera a Quito para declarar lo que tenga que decir”.
Fabricio Correa dejó constancia de su visita a la Fiscalía. “Estoy aquí para rendir todas las declaraciones que quiera el Fiscal, si me quiere en Quito podemos hacer dos cosas: como dice la Ley, me envía los viáticos o en su defecto coordinamos bien bonito porque tenemos amistad. Un día que yo suba de trabajo lo visito, no tengo problema”, expresó.