Estudiantes se manifiestan frente al Palacio de La Moneda el jueves 28 de mayo de 2015 después que centenares de estudiantes se tomaran las céntricas calles y avenidas de Santiago, bloquearon el tráfico y se enfrentaron con la policía, en el inicio de una jornada de protestas apuntadas a rechazar la política educacional del gobierno y la “brutalidad” policiaca. Foto: EFE
Decenas de miles de estudiantes chilenos volvieron a salir este jueves (28 de mayo del 2015) a las calles, descontentos por una anhelada reforma educativa que consideran “insuficiente” y en rechazo a lo que califican de fuerte represión policial.
Las manifestaciones se extendieron durante todo el día. A primera hora, estudiantes levantaron barricadas incendiarias en el centro de Santiago y por la noche unos 100 000 manifestantes protagonizaron una multitudinaria manifestación que finalizó con incidentes con la policía.
Los choques entre estudiantes y la policía estallaron al final de la protesta y se concentraron en los alrededores de la casa de gobierno, donde manifestantes encapuchados encendieron barricadas, intentaron saquear algunos comercios y lanzaron piedras y palos a los agentes policiales, que lanzaron gas lacrimógeno y chorros de agua para repeler la manifestación.
Además se provocó con bombas caseras un incendio en un banco y en la puerta de una iglesia, ambos controlados por bomberos.
Por la mañana, también, un grupo de universitarios ocupó por algunas horas el frontis de la estatal Televisión Nacional de Chile.
Como en 2011, cuando emergió el poderoso movimiento estudiantil chileno para exigir el fin del sistema educativo legado por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) , los estudiantes chilenos han vuelto a tomar las calles del país.
Manifestantes se enfrentan con la policía el jueves 28 de mayo de 2015 durante una jornada de protestas apuntadas a rechazar la política educacional del Gobierno y la “brutalidad” policiaca, en Santiago de Chile (Chile). Foto: EFE
Ahora, sin embargo, el escenario es distinto. La presidenta Michelle Bachelet puso en marcha una ambiciosa reforma educativa que a partir del próximo año significará la gratuidad para unos 260 000 estudiantes de educación superior.
Pero para los estudiantes la promesa de reformar por completo al que es considerado uno de los sistemas más segregados y desiguales del planeta todavía está lejos de cumplirse.
“Estamos aún muy lejos de cumplir nuestros sueños. La reforma es muy insuficiente”, dijo Claudia Arévalo, vocera de los estudiantes secundarios.
Represión policial
Los estudiantes también denuncian una fuerte represión policial. Durante la manifestación nocturna, se solidarizaron con Rodrigo Avilés, un estudiante de la Universidad Católica que lucha desde hace una semana por su vida tras recibir un chorro de agua por parte de las fuerzas especiales en una manifestación en el vecino puerto de Valparaíso.
El policía que operaba el carro fue dado de baja este jueves, después que se difundieran imágenes que mostraban la agresión, contradiciendo la versión inicial de la Policía, que había negado su participación en los hechos.
Manifestantes se enfrentan con la policía el jueves 28 de mayo de 2015 durante una jornada de protestas apuntadas a rechazar la política educacional del Gobierno y la “brutalidad” policiaca, en Santiago de Chile (Chile). Foto: EFE
“Vamos a hablar con el mando (policial), para determinar si hay otras responsabilidades”, afirmó el ministro del Interior y Seguridad, Jorge Burgos.
“Nunca nos van a callar, menos con violencia, queremos educación gratuita para todos”, dijo, María Eugenia, una estudiante de la Universidad de Chile, que marchaba en una fría noche por el centro de Santiago.
Faltan los detalles de la reforma
Bachelet, que ganó la reelección precisamente con la promesa de echar a andar la reforma educativa, logró ya la aprobación de una ley que elimina la selección de estudiantes y prohíbe la obtención de ganancias en las escuelas que reciben dineros del Estado.
Recientemente envió al Congreso una ley que aumenta en un 28% el salario de los profesores que se acojan a un nuevo régimen docente, y hace una semana, anunció que a partir del próximo año el 60% de los estudiantes más pobres de la educación superior obtendría la gratuidad total.
Pero aún no ha dado indicios de cómo responderá a la promesa de mejorar la calidad en las escuelas públicas y establecer, a partir de 2018, la gratuidad universal en la educación superior.
“Todavía falta conocer muchos detalles de la reforma, y lo que ya se ha anunciado es menos de lo que ha demandado el movimiento estudiantil”, explicó a la AFP Manuel Sepúlveda, director de política educativa de la fundación Educación 2020.
“Los problemas son de fondo. ¿Cuánto más tenemos que esperar?”, agregó Arévalo.