El Semillero, ubicado a cuatro kilómetros del redondel de Gualo, tiene capacidad para recibir 1, 7 millones de metros cúbicos de material, por lo que en permanecerá operativa aproximadamente tres años y medio y abastecerá a la zona nor-central del Distrito. Foto: Cortesía EMGIRS
Un promedio de 130 volquetas al día ingresan desde el 3 de julio de 2017 a depositar el material en la escombrera El Semillero, ubicada en la quebrada de Guanapata, en la comunidad de Cocotog, nororiente de Quito.
Santiago Andrade, gerente general de la Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos, Emgirs, explica que el lugar recibe diariamente unos 1 300 m3 de material, cantidad similar a la que llega a la escombrera de Oyacoto, que opera desde inicios de año en el norte de la ciudad.
El Semillero, ubicado a cuatro kilómetros del redondel de Gualo, tiene capacidad para recibir 1, 7 millones de metros cúbicos de material, por lo que en permanecerá operativa aproximadamente tres años y medio y abastecerá a la zona nor-central del Distrito.
Jimmy Ramírez, líder de Cocotog, explica desde hace unos seis años allí funcionaba una escombrera ilegal, donde los desperdicios se colocaban de manera antitécnica, lo que ponía en riesgo a la comunidad. Asegura que especialmente durante las madrugadas, el paso de volquetas era continuo, y arrojaban el material en toda la comunidad. Como la zona no tenía espacios de distracción, dice el morador, incluso se habilitó una cancha sobre el relleno informal.
“Hoy la situación está mejor. Hemos firmado acuerdos con los volqueteros. Estamos afinando el tema de los accesos, para mejorar las carreteras y sobre todo velar por la seguridad a la población”, comentó.
El Semillero es una quebrada en forma de u que cuenta con todas las medidas técnicas para hacer una disposición segura. Tiene tuberías para recoger aguas lluvias y llevarlas hasta el río y se trabaja en terrazas.
Cada volqueta que ingresa debe cancelar USD 0, 57 más IVA por m3. Pero el costo real de operación es de USD 1,13 por cada m3, lo que involucra guardianía, compactación, formación de terrazas, control de polvos…
Justamente hoy, el Concejo Metropolitano tratará en primer debate un proyecto de ordenanza que busca fijar las tarifas por los servicios que presta la Emgirs.
Andrade explica que de aprobarse esa ordenanza en segundo debate, no deberán ser los transportistas o volqueteros quienes asuman el costo del alza, sino el que genera el escombro, es decir el constructor.
“Se hizo ya varias socializaciones en la cámara de la construcción y estamos buscando formas de realizar ese cobro”, aseguró. Una posibilidad es que cuando el constructor pida el permiso de construcción en la administración zonal, deba presentar una memoria técnica en la que señale cuanto escombro se va a retirar. Así, explica el funcionario, deberá pagar por anticipado.
Aún está pendiente la apertura de la escombrera entre San Antonio de Pichincha y Calacalí. Allí el principal problema es llegar a un acuerdo con la comunidad. Andrade explica que se intentó habilitar una vía, pero la población se opuso lo que ha retrasado su funcionamiento.