El desbordamiento del río Ceibal cubrió la vía Rocafuerte – Portoviejo, en el sector conocido como Ceibal. Foto: Bolívar Velasco/EL COMERCIO
Los habitantes de cinco cantones de Manabí vivieron 72 horas de angustia luego de que la creciente del río Portoviejo anegara viviendas y las principales calles de esas jurisdicciones. El agua del río se observaba hasta ayer cubriendo las las arterias viales de Santa Ana, Portoviejo, Chone, Flavio Alfaro y Rocafuerte.
La confluencia que el Portoviejo tiene con otros ríos hace que el nivel de estos crezca. Esto precisamente ocurrió en Rocafuerte donde hasta la tarde de ayer, lunes 10 de abril, el agua del río Ceibal cruzaba toda la vía que conecta a ese cantón con Portoviejo. El agua cubría cinco cuadras.
Su nivel subió hasta cinco metros el primer día de la creciente (sábado). Ayer por la tarde el nivel disminuyó y llegaba hasta las rodillas de los policías que se ubicaron en la mitad de la vía para controlar el tránsito.
Según la Secretaría de Gestión de Riesgos, desde el 7 de abril pasado hasta ayer habían 25 127 personas afectadas en siete cantones de Manabí.
El río Portoviejo nace en la localidad de Pata de Pájaro (Santa Ana), pasa Portoviejo y llega a Rocafuerte. A lo largo de sus 132 kilómetros confluye con otros afluentes donde hay poblados susceptibles a anegaciones, según las autoridades.
Los moradores de los recintos Cerecito, Las Aguas, Furtillo y Cerrito, ubicados a un costado de la vía a Rocafuerte, temían salir antes de ser alcanzados por la corriente. Uno de los habitantes de Cerrito se arriesgó a salir en su camioneta, pero en el intento fue alcanzado por el agua y su vehículo se averió.
Los habitantes hablan de pérdidas incalculables. Estiman que cerca de 100 hectáreas de cultivos de arroz están bajo el agua. Mónica Dueñas, una de las afectadas en Cerecito contó que hasta emplearon pangas para salir.
Esta no es la primera vez que esta zona de Rocafuerte se inunda por las crecientes de los ríos. El año pasado sucedió algo similar y los habitantes esperaron cinco días hasta que el afluente volviera a su cauce.
Durante la madrugada de ayer también se registraron inundaciones en puerto Cañitas, en la parroquia Charapotó de Bahía de Caráquez. El Cuerpo de Bomberos de Chone llegó hasta la zona para evacuar a unas 20 familias.
En Jipijapa también hubo anegaciones. Cerca de 40 familias de los recintos Las Palmitas, Centro y Abajo fueron evacuadas. En esos sitios se perdieron enseres, cultivos, motocicletas y otros bienes. Juana Navarro contó que en los 69 años que ha vivido en Las Palmitas nunca vio un invierno tan fuerte.
Félix Véliz, del área de Asistencia Humanitaria de la SGR, dijo que 20 las familias han sido albergadas desde la tarde domingo y otras fueron acogidas por habitantes de Jipijapa, a quienes se les entregó kits de alimentos y limpieza.
En Santa Ana el nivel del agua bajó, pero aún se mantienen activos tres albergues temporales. Eso debido a que el río Santa Ana no ha disminuido su caudal.
Si las lluvias continúan podrán registrarse nuevas inundaciones, según Adrián Torres, director de la Unidad de Riesgos del Municipio.
En este cantón, las lluvias dejaron una víctima mortal el pasado fin de semana en Boca de Agua Fría, de la parroquia San Pablo de Pueblo Nuevo.
Fernando Cedeño, alcalde de este cantón y presidente del Comité de Operaciones de Emergencias (COE), informó sobre 33 familias (122 personas) que habían sido trasladadas a refugios temporales. Ellos están en la Escuela Ángel Arteaga Cañarte, la Asociación Ricardo Mieles Alarcón y la sede del Sindicato de Obreros Municipales.
Mientras tanto, las autoridades de Gestión de Riesgos continúan con la entrega de ayuda humanitaria, según confirmó Miguel Briones, jefe político del cantón. A estas labores también se ha sumando el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).
Según Torres, quien también es parte del área de Gestión de Riesgos de la Municipalidad, la causa de esta última inundación fue el desbordamiento de 16 esteros que alimentaron el caudal del río en Santa Ana.
En los sectores Lodana y Monte Oscuro, el cauce de dos esteros se incrementó e incidió en la anegación de Estancia Vieja y otras comunidades de la parroquia Colón de Portoviejo.
En la reunión del COE también se informó que BanEcuador ya abrió una oficina en la sede del Consejo de Protección de Derechos para contribuir con los afectados.
La idea, indicaron, es facilitar líneas de crédito para la atención inmediata de los comerciantes que resultaron perjudicados con el temporal.