Por ahora, el ingreso gratuito de turistas a la Reserva de Producción Faunística Chimborazo no constituye un riesgo para la conservación de su ecosistema. Tampoco los ingresos que se dejaron de percibir por el pago de las entradas afectarán al mantenimiento, control y la construcción de nuevas obras.Así lo consideran las autoridades responsables del cuidado de esta reserva con 58 560 hectáreas de bosques andinos, zonas arbustivas y páramos que se distribuyen en tres provincias: Chimborazo, Bolívar y Tungurahua.
Según Omar Landázuri, director regional de la Zona 3 del Ministerio del Ambiente, se cuenta con un presupuesto estatal anual de USD 180 000 para invertir en las necesidades de las áreas naturales de la Sierra centro.
Sin embargo, ese monto es insuficiente para satisfacer las prestaciones que requieren los usuarios. “Sería bueno contar con un restaurante, una cafetería, un centro de salud, una mejor señalización para los refugios, etc.”, dice el turista guarandeño Oswaldo Zurita. El pasado feriado, él estuvo con su familia en los refugios del nevado Chimborazo.
Al respecto, Magali Oviedo, directora provincial del Ministerio del Ambiente, asegura que trabajan en nuevas infraestructuras. “Invertimos USD 400 000 en el centro de servicios turísticos situado en el ingreso a los refugios del nevado. También en construir una enfermería equipada, un centro de interpretación, un restaurante, una cafetería y una casa para guardaparques”.
La funcionaria desestimó el riesgo de una afectación por dejar de percibir ingresos ante la eliminación del cobro de la entrada de los visitantes. “Contamos con 17 guardaparques equipados con tres camionetas, dos motos, siete radios portátiles, un teléfono e Internet. Por supuesto que no son suficientes, pero el concepto que aplicamos es optimizar y concienciar a la gente”.
En el 2010 a esta reserva ingresaron 24 000 personas. El año pasado fueron 50 000 y entre enero y marzo de este año, 5 000.
Uno de los sitios preferidos por los turistas locales y extranjeros son los refugios Edward Whymper y Hermanos Carrel, que son utilizados por los andinistas para aclimatarse en su camino a la cumbre del nevado Chimborazo, a 6 268 metros de altitud.
Todo vehículo que ingresa a este lugar es controlado por los guardaparques. Los pasajeros deben ingresar a las oficinas del Centro de Servicios Turísticos. En ese lugar reciben un mapa de la reserva y una charla de cinco minutos sobre lo que no deben hacer.
Una de las visitantes fue la estudiante alemana Aileen Broich. Ella miraba con atención a los ciclistas de montaña que se alistaban para pedalear en ascenso hacia los refugios. “El lugar es espléndido. Me gustó ver las vicuñas y su correr libre por la reserva. Lo malo es que les falta mejorar los servicios”.
Los indígenas que viven en las comunidades situadas dentro de la reserva también contribuyen en la concienciación ambiental y en la vigilancia de los cazadores furtivos y en el control para impedir que se quemen los pajonales.
“Formamos la operadora turística comunitaria Puruhá Razurko. También tejemos con lana de borrego y de vicuña prendas de vestir que se venden en la reserva y contamos con lugares de alojamiento y de comidas típicas”, explica Olmedo Cayambe, gerente de la operadora.
La reserva se puede visitar de lunes a domingos, entre las 08:00 y 17:00. Hay que registrarse.
Sitios visitados
Los turistas gustan de recorrer las rutas que los llevan al templo Machay y al Árbol Solidario (845 metros). Además la ruta a las minas de hielo, al bosque de papel, a las lagunas, etc.
Las vías de acceso a la reserva son las carreteras Guaranda- Ambato, Riobamba-El Arenal y Riobamba-Quito.
Está prohibido botar basura, el consumo de alcohol, la cacería, mascotas, fogatas, extracción de plantas y el motocrós.