Profesores de la Escuela Politécnica Nacional se manifiestan afuera del Ministerio de Finanzas. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
Los sonidos de tambores, pitos y bombos se empezaron a escuchar frente al Ministerio de Finanzas desde las 09:00 de este viernes 6 de mayo del 2016. Esos instrumentos fueron parte del plantón que realizaron más de 26 exdocentes de la Escuela Politécnica Nacional. Ellos llegaron a esa dependencia, ubicada en la Av. 10 de Agosto, en el norte de Quito, para exigir el pago de sus salarios adeudados por más de siete meses.
Marcelo Recalde fue quien estuvo al frente de la iniciativa y dijo que la idea es pedir al Ministerio que cancele los sueldos de más de 100 profesores universitarios a los que les adeuda. “Hemos esperado más de siete meses y no nos pagan, hoy no nos moveremos sin tener una respuesta”, señaló. Además, indicó, que la deuda del Estado con los docentes ha sido conocida por las principales autoridades de la Secretaría de Educación Superior (Senescyt) y de la Escuela Politécnica Nacional pero no han tenido respuesta alguna, mientras que aseguran que autoridades del Ministerio de Finanzas les han manifestado que deben esperar al menos tres meses más para el depósito de los sueldos.
Lo que preocupa a los docentes, pues aseguran que los montos que les adeudan son altos. Por ejemplo, a un profesor a medio tiempo se le debe cerca de USD 4 000. Mientras que a un profesor de tiempo completo el monto fácilmente puede llegar a superar los USD 7 000. Ese es el caso de Danny Berrones. Él también fue profesor de la Politécnica y hoy mientras entregaba pequeños papeles a los transeúntes dijo que en total la deuda que el Estado mantiene con los más de 100 profesores es de aproximadamente USD 850 000. Por eso asegura que no pueden esperar más y exige que sus sueldos no sean considerados como rubros de proveedores del gobierno. “Nosotros somos educadores, no proveedores y merecemos nuestros salarios”, dijo.
Además denunciaron que fueron despedidos por reclamar el pago de sus salarios y que actualmente no cuentan con un trabajo, por lo que es prioridad que el Estado cancele lo adeudado. Por eso escribieron en pliegos de cartulina sus pedidos y necesidades. En las pancartas se leía frases como “Ministro de Finanzas póngase en nuestros zapatos”, “Señor Ministro nos morimos de hambre, ¿hasta cuándo?” e “impagos, endeudados y sin trabajo”.
De no tener una respuesta dicen que continuarán con los plantones.