En los balnearios de Montañita, Punta Carnero y Salinas, en Santa Elena, y Villamil Playas (Guayas) las banderolas rojas ayer domingo 3 de Mayo adviertieron sobre el peligro de ingresar al mar, pues el periodo de oleaje coincide con aguajes y luna llena. Foto: EL COMERCIO
Un bajón en la llegada de turistas y daños menores en la infraestructura hotelera e industrial fueron los principales estragos dejados por el fuerte oleaje en la playas de la provincia de Santa Elena, en la costa ecuatoriana.
En Punta Carnero, la empresa Ecuasal se quedó sin energía eléctrica entre el viernes y el sábado debido al daño de un transformador de luz, ubicado en la punta de su muelle que el mar azotó con intensidad.
El oleaje, que se presentó desde el 1 de mayo del 2015 en la costa ecuatoriana del Pacífico, también obligó a cerrar, hasta el domingo, los restaurantes y hospederías ubicados a lo largo de la vía Ancón-Mar Bravo, que recorre a menos de 20 metros del mar. En la hostería María Sol, ubicada en el comienzo de la vía, su propietario Jaime Robles atendió a medias por la dificultad del acceso. “Teníamos reservaciones de 40 personas, pero no llegó ni la mitad.”
En el malecón de Salinas, los restaurantes y otros locales de venta de bebidas y alimentos se protegieron con sacos con arena.
El mar ingresó con más fuerza cerca al recientemente inaugurado muelle público, el que fue cerrado hasta el domingo, debido al riesgo para las personas.
Hasta la tarde del lunes 4 de mayo, una cuadrilla de 18 empleados del departamento de Aseo del Municipio limpiaba la avenida que recorre el malecón. La acumulación de conchillas obligó al Cabildo a cerrar temporalmente la vía, mientras se la limpiaba.
Hasta este lunes, la Cámara de Turismo de Santa Elena no había cuantificado el monto de las pérdidas dejadas por el oleaje. Tan solo en Salinas, el Municipio estimó que llegó un 50% menos de turistas de los que visitan el balneario los fines de semana.