El movimiento del 8 de julio se sintió con fuerza en algunas unidades educativas del centro de Esmeraldas. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO
Decenas de padres de familias llegaron a los planteles educativos de la ciudad de Esmeraldas, en la Costa norte del país, para retirar a sus hijos, media hora después del sismo de 3.9 grados en la escala de Richter, que tuvo su epicentro en Puerto López, a las 09:28 de este viernes 8 de julio de 2016.
Otro temblor de 4.2 grados Richter, registrado a las 22:20 del 7 de junio, ya había puesto en alerta a muchos padres de familia que no enviaron a sus hijos a clases.
El movimiento del 8 de julio se sintió con fuerza en algunas unidades educativas del centro de la ciudad, donde se pusieron en práctica los planes de evacuación, que contemplaba a movilización de los estudiantes a las respectivas canchas y sitios abiertos.
Neidan Anchundia de siete años, estudiante de la Unidad Educativa José Benito Cottolengo, no paraba de llorar. Su madre, Angélica Cortez, dejó su trabajo para retirarlo de la escuela. Hacia esa unidad, cerca de las 10:30 del 8 de julio, decenas de madres de familia ya se habían dirigido a recoger a sus hijos.
La directora de esa unidad educativa, Patricia Grijalva, dijo que se envió los niños a sus casas por seguridad, y por el miedo que mostraban con cada nuevo sismo, sobre todo, en los más pequeños.
En la Unidad Educativa Luis Prado Viteri, también optaron por enviar a sus alumnos donde sus padres. “No podemos estar tranquilas en casa mientras ellos estudian en medio de tantos movimientos sísmicos”, dijo Ángela Mero, madre de familia.
En la ciudad de Esmeraldas la asistencia de estudiantes a las escuelas y colegios se vieron disminuidas en una gran cantidad. Los padres se negaron a enviar a sus hijos por temor.
La psicóloga familiar Maritza Realpe, recomendó que los padres procuren estar mucho más tiempo con los niños y explicarles lo que está pasando para transmitirles tranquilidad.
Los departamentos de riesgos de las escuelas y colegios de la provincia de Esmeraldas han difundido varios consejos para que niños y adultos sepan qué hacer cuando se presenten los temblores. Sin embargo, Realpe comenta que no es fácil controlar el pánico que un sismo produce en niños y adultos.