La Niña Modoki influye en las intensas lluvias en el país

El jueves 2 de marzo del 2017, las lluvias causaron un rápido incremento del río Milagro. Foto: Twitter @GoberdelGuayas

Desde fines del 2016, los organismos meteorológicos internacionales anunciaron un evento de La Niña, caracterizado por el enfriamiento de las aguas del océano Pacífico central que se ha mantenido en los últimos cinco meses. Pero en las costas de Ecuador y Perú hay un calentamiento del océano que ha generado una fuerte estación lluviosa.
Es un efecto conocido como La Niña Modoki, un término japonés que significa: ‘orígenes similares y efectos diferentes’. “Al estar caliente la costa de Sudamérica, La Niña Modoki causa lluvias intensas y abundantes. El fenómeno ya se presentó en el 2008 y 2012. La Niña clásica se caracteriza por un enfriamiento que genera déficit de lluvias. Hay el efecto contrario”, explica Raúl Mejía, coordinador regional del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), en la cuenca del Guayas.
La semana pasada, el Comité para el Estudio Regional del Fenómeno El Niño (Erfen) informó que existen condiciones neutrales en el Pacífico Central. Pero las temperaturas están por encima del promedio normal en las costas ecuatorianas.
Mejía explica que la temperatura costera normal alcanza 26°C; actualmente es de 28,5°C. Ese calentamiento está ligado a la corriente cálida de Panamá, que viene desde el norte. Se prevé que estos valores empiecen a descender en abril. Sin embargo, hasta mediados de marzo hay altas probabilidades de que haya precipitaciones más intensas.
Solo durante febrero, ocho de las 15 estaciones meteorológicas del Inamhi en la Costa superaron los promedios históricos. El jueves 2 de marzo del 2017, las lluvias causaron un rápido incremento del río Milagro, que inundó 10 sectores de este cantón guayasense. 50 personas fueron evacuadas y ahora permanecen en el albergue municipal de la ciudadela Las Piñas.
El calentamiento del océano genera mayor evaporación y la formación vertical de nubes enormes, conocidas como cumuloninbus, que pueden pasar de los 15 kilómetros de altura.
Mejía explica que este tipo de nubes incide en la generación de tormentas eléctricas y vendavales. “También hay un ascenso de aire caliente desde la superficie, que forman nubes tipo montaña que luego son descargadas en chubascos o chaparrones. En ese proceso de ascenso y descenso hay rayos, truenos y vientos fuertes”.
Este invierno del 2017 podría estar entre los más lluviosos de los últimos 10 años.
Ricardo Peñaherrera, viceministro de Gestión de Riesgos, explica que esta temporada invernal tuvo un inicio tardío. Las lluvias se presentaron a inicios de enero y no en noviembre y diciembre. Luego, la cantidad de precipitaciones sobrepasó los valores normales desde mediados de febrero. Por esa razón hay alerta naranja en cuatro provincias.