Las familias afectadas por el terremoto en Pedernales sienten temor de que haya otro movimiento telúrico. Foto: Francisco Flores / EL COMERCIO
Desolados y preocupados. Así se sienten tres familias oriundas de Pedernales, quienes llegaron a Guayaquil la noche del 21 de abril del 2016. Ellos fueron acogidos en casa de su sobrino Ramón Cox, quien habita en el cantón Durán (Guayas).
Vivir en la calle sin alimento ni agua potable, tras el terremoto del sábado 16 de abril del 2016, para que las familias Carbo Zambrano, Chimpantiza Cox y Mejía Zambrano, huyeran de Pedernales, Manabí.
Llegaron a Durán a las 23:30 del jueves, y lo primero que hicieron fue acomodarse como pudieron. Colocaron colchones en el piso para tratar de descansar y olvidar un poco la tragedia que vivieron por el sismo.
Durante 30 segundos todo fue pánico, dijo Damaris Cox, de 28 años. Ella, dedicada al comercio informal en Pedernales, recordó que el día de la catástrofe se encontraba con su esposo trabajando, y cuando la tierra tembló dejaron botado su negocio para salvar a sus seis hijos, quienes estaban solos en casa.
“Una inmensa nube de polvo cubrió Pedernales, esto por el derrumbe de las casas y edificios. No se podía divisar nada de lo que estaba pasando. Solo los gritos de auxilio permitían percibir lo que estaba ocurriendo. Afortunadamente mis hijos lograron salir de la casa, de lo contrario ya estuvieran sin vida bajo los escombros”, comentó.
Para Damaris, dejar Pedernales no fue fácil, pero ante el temor de que haya otro movimiento telúrico, no dudó en salir de la ciudad donde nació. Por ello cuando su sobrino le ofreció alojamiento en su vivienda ubicada en Durán, junto con otras dos familias, de inmediato aceptó.
Carlos Mejía, de 24 años, quien padece de elefantiasis, por su parte, señaló que hoy se encuentra con vida casi de milagro, ya que durante el movimiento telúrico estuvo a pocos segundos de perder la vida ante la inminente caída de un poste de energía.
Brigadas médicas visitan a las personas que han llegado de Pedernales. El Municipio de Durán les entrega alimentos no perecibles, kits de dormir, de aseo personal… Foto: Francisco Flores / EL COMERCIO
“Ese día logré salir de casa de milagro. Cuando la tierra empezó a temblar salí de inmediato, y en ese preciso momento me cayó un poste de luz sobre mi pierna izquierda que está afectada por elefantiasis, quedé inconsciente, pensé que no iba a sobrevivir”, dijo.
Después de cesar el temblor, y teniendo en cuenta que el hogar de su familia se encontraba destruido, no dudó en salir hacia Guayaquil.
A una semana del terremoto, Carlos indicó que la situación que vive junto a su familia es bastante difícil. Por ello pide ayuda a las autoridades municipales y empresas privadas para que su enfermedad sea tratada por un médico, y así poder trabajar.
Rosa Zambrano, madre de Carlos, comentó que nunca olvidará las escenas trágicas que vivió el día del siniestro. Ella, de 59 años aseguró que dormir ya no es algo que suele hacer con normalidad, ya que cada vez que intenta hacerlo a su mente llegan imágenes de personas muertas bajo los escombros. Con la mirada perdida se la pasa pensando cuándo volverá a Pedernales.
El Municipio de Durán ha trasladado a las familias damnificadas a casas de acogidas, que en su mayoría son de familiares, esto con la finalidad que tengan un lugar seguro donde habitar.
Desde la llegada de las familias, la alcaldía de Durán, visita continuamente las viviendas donde han sido acogidos los damnificados. Una brigada de la dirección de Gestión de Riesgo y de Desarrollo Humano del Municipio, se encarga de entregar alimentos no perecibles, kits de dormir, de aseo personal, medicinas, ropa y de limpieza, también servicios médicos.
Según personal de la municipalidad, al momento más de 48 familias han sido trasladadas a casas de acogida en distintos sectores del cantón. Además se ha equipado tres albergues para recibir a más familias de las zonas afectadas.