La explosión causó daños en las ventanas de los edificios aledaños al sitio donde se produjo el flagelo. Foto: Bolívar Velasco / EL COMERCIO.
Una fuerte vibración como resultado de una explosión se sintió la tarde de este miércoles 16 de septiembre del 2015 en la ciudad de Santo Domingo, en el occidente del Ecuador.
Quienes estaban en los pisos superiores de los edificios creyeron que se trataba de un sismo, por la intensidad que generó la detonación. Pero el siniestro tuvo como epicentro las calles Guayaquil y Loja.
En ese sector de alto movimiento comercial se produjo una explosión dentro un negocio que se dedica a dar valor agregado a algunos cultivos.
Las puertas metálicas y el techo del local se salieron de su lugar y quedaron reducidos a escombros como efecto de una onda expansiva, según testigos. Esa misma presión también alcanzó los ventanales de casas, edificios y vitrinas de otros comercios de la zona. Estos se desperdigaron en las calles y al menos una persona resultó golpeada tras la caída de los vidrios.
Las autoridades llegaron al sitio para indagar las causas del suceso, aunque los mismos moradores dicen que se escucharon tres detonaciones seguidas.
Hasta las 18:00 los bomberos y la Policía evaluaban los daños y hasta ese momento registraron nueve viviendas afectadas. Entre estas un edificio de cinco pisos, dos locales de venta de equipos electrónicos, una despensa y cinco casas.
El segundo comandante del Cuerpo de Bomberos, Edwin Paucar, dijo que al parecer ocurrió una explosión por la fuga de gas licuado de petróleo en una secadora de arroz que operaba en un predio tipo villa. Agregó que el lugar no tenía los permisos correspondientes ni las seguridades que deben sujetarse a la norma INEN 2260. “Vamos a elaborar un informe técnico para sustentar la investigación“.
Lourdes López, una de las afectadas, contó que el impacto de la onda expansiva ocasionó daños en las vitrinas de su negocio. Cuando sucedió, solo escuchó caer los vidrios en pedazos y el grito de sus vecinos. Otros moradores de la calle Guayaquil dicen que la parte frontal de sus casas sufrieron cuarteaduras. Los afectados no descartan iniciar una acción legal para reclamar indemnizaciones.
El sitio de la explosión fue acordonado con cintas de seguridad y se restringió el paso de peatones y vehículos. El suministro de luz se tuvo que suspender hasta que se controlara la situación. Mientras avanzaban las investigaciones, los vecinos realizaban una minga de limpieza para recoger los vidrios.