En el sector de la vía a la Costa, al este de la ciudad, se han levantado nuevas construcciones y proyectos habitacionales de casas individuales. Foto: Wladimir Torres/ EL COMERCIO.
El concepto de un ‘Gran Guayaquil’ parece que se cristaliza. El crecimiento urbano de la ciudad no solo atraviesa la vía a Samborondón. Actualmente se expande hacia el sector de La Aurora, en el cantón Daule, la vía a Salitre y Durán.
Esta expansión responde, sobre todo, a tres factores principales: falta de oferta de conjuntos habitacionales en la zona central de Guayaquil, inseguridad y fluidez en la entrega de créditos hipotecarios. Eso ha incidido para que los vecinos cantones guayasenses Daule, Samborondón, Durán y ahora Salitre sean parte de este desarrollo urbano y comercial.
El alcalde de Daule, Pedro Salazar, recuerda que hace una década la población de la parroquia La Aurora era de apenas 3 000 habitantes. Hoy, dice, son casi 80 000 personas que dan vida a 56 conjuntos residenciales y a nueve centros comerciales que hay en el lugar.
Solo en la urbanización La Joya, donde hay 6 500 viviendas distribuidas en 15 etapas, residen 30 000 personas. La mayoría es de Guayaquil, según Mario Álvarez, gerente general de este proyecto.
Con esa cantidad de moradores, este conjunto habitacional supera a siete cantones del Guayas: Bucay, Isidro Ayora, Marcelino Maridueña, Palestina, Lomas de Sargentillo, Colimes y Nobol.
En su avenida principal, la avenida León Febres Cordero, siempre hay movimiento en las mañanas. Muchos llegan desde la urbe porteña a trabajar en la construcción, servicios domésticos y en las nuevas oficinas y negocios. Hasta allá también se han trasladado vigilantes de tránsito para facilitar el paso de peatones donde aún no hay semáforos.
Para Gonzalo Rueda, gerente de MarketWatch -que analiza el mercado inmobiliario-, los sectores periféricos crecen porque tienen una mayor disponibilidad de terreno para la construcción de unidades habitacionales individuales y por las oportunidades para el comercial y los servicios.
“Antes se veía lejano al sector periférico. Hoy, ya no se necesita ir hasta Guayaquil para hacer un trámite, ir al cine o comprar algún producto. Todo está al alcance de los nuevos polos de desarrollo”, recalca Rueda.
Pero este crecimiento y el éxodo de los guayaquileños a la periferia perjudica al cantón. Según las estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), Quito desplazaría a Guayaquil en población para el 2020.
Sin embargo, al alcalde Jaime Nebot no le preocupa la posibilidad de que Guayaquil deje de ser la ciudad más poblada del país. El Alcalde cree que la integración se está haciendo posible a través de obras que ayudan a solucionar problemas como la congestión vehicular, que también fue otro factor que incidió en la salida de los habitantes hacia las zonas periféricas.
“La Metrovía va a tener en su momento una conexión hacia Durán, Samborondón y Daule. La Aerovía y los puentes con La Puntilla y La Aurora van hacia esa integración. En el fondo, somos un gran conglomerado social separados por dos ríos”.
Para el presidente de la Cámara de la Construcción de Guayaquil, Enrique Pita, la ciudad porteña ha frenado su crecimiento dentro de sus límites porque tiene demarcaciones naturales que impiden su expansión hacia el este y el sur. Esto es por el río Guayas y los manglares, respectivamente.
Según este experto, además hay un desarrollo inmobiliario hacia el norte, a lo largo de la autopista Terminal Terrestre-Pascuales, que también está limitada por el río Babahoyo. Al oeste, también hay nuevos proyectos de vivienda que podrían costear familias con medianos y altos ingresos.
Asimismo, los planes para viviendas más populares también se ofertan desde el Gobierno a través de Socio Vivienda y Ciudad Victoria. También está el programa Mi Lote, que impulsa el Cabildo.
Para Pita, el guayaquileño, principalmente de clase media, ante la falta de una mayor oferta en la ciudad, prefiere vivir en casas individuales con precios asequibles en zonas donde les ofrecen privacidad y variedad comercial.“En La Aurora, una casa promedio está entre los USD 100 000 y 120 000. En la vía a la Costa, oscilan entre los USD 140 000 y 150 000”, detalló.
Jimmy Olarte vive en La Aurora desde hace un año junto a su esposa y dos hijos, tras adquirir una casa en USD 105 000, con la ayuda de un préstamo. “Somos guayaquileños, pero ahora este es nuestro barrio, tendremos que acoplarnos a esta nueva jurisdicción”.
Mientras, Mery Coello llegó a una de las urbanizaciones frente a la terminal terrestre de Durán. Antes residía en el sector de La Florida, en el noroeste de la ciudad. “Mi esposo y mis tres hijos conseguimos aquí una casa en USD 31 000. En Guayaquil no encontramos esa opción, ahora tendremos que empadronarnos para sufragar acá”.