Para Milena hay imágenes, olores y sensaciones que prefiere olvidar. “Hasta hace poco le tenía miedo a la oscuridad. Todas las noches, al cerrar los ojos, sentía que mi padrastro entraba a la habitación y abusaba de mí”.Tenía 12 años cuando comenzó a ser violentada. A los 16, ella decidió escapar de su casa. Se había planteado el sueño de terminar el bachillerato y ser profesional.
Quería ser docente. “La educación es la única forma de construir una sociedad más justa”. Pero a los pocos meses de ingresar a un colegio nocturno, en el centro de Santo Domingo, conoció a un hombre y se enamoró de él.
“La relación marchaba bien, pero cuando se enteró de mi pasado cambió por completo. Llevaba a sus amigos a mi casa y me obligaba a prostituirme”.
Milena recuerda que en una ocasión se negó a tener relaciones y su pareja la agredió físicamente. “Ese día me pegó muy fuerte y me provocó un aborto. Entendí que debía decir basta”.
Para Raúl Aguirre, psicólogo del Foro de la Mujer de Santo Domingo de los Tsáchilas, las agresiones se dan desde que una persona empieza a controlar la vida de su pareja. “La forma de vestir, comportarse en público, etc.”.
Según el psicólogo, estas acciones constituyen el inicio para que a futuro ocurran agresiones físicas y hasta sexuales. Por ello, dice que el primer paso es aceptar que en el hogar existe violencia y no callar. “Deben contar a los demás familiares o a las organizaciones competentes sobre el abuso del que son víctimas, es lo más recomendable.
Así lo hizo Milena. Denunció a su conviviente en la Comisaría de la Mujer y la Familia. Al igual que ella, 4 860 mujeres denunciaron por violencia física, sexual o psicológica, en el 2010. Hasta octubre de este año, la cifra ya llegó a 3 531. La mayoría es por agresión física y psicológica.
Otras 352 mujeres acudieron al Departamento de Violencia Intrafamiliar, del Comando de Policía de Santo Domingo de los Tsáchilas para presentar su queja. De ese total, 182 han recibido maltrato físico por parte de miembros de su entorno familiar.
Uno de los últimos casos denunciados fue el de Azucena, de 50 años. La mujer asegura que su esposo la maltrataba física y psicológicamente. “Toda la vida me golpeó y me insultó, pero nunca supe que podía denunciar. Pensé que (el maltrato) era normal”.
Según Azucena, sus dos hijos fueron quienes le aconsejaron que presentara una denuncia en la Comisaría. Esto, luego de que fueran testigos de los maltratos.
Norma Chango, asesora jurídica de la Comisaría, afirma que las ofensas, amenazas o denigraciones también son violencia.
Por ello, aunque no haya una marca física de agresión en el cuerpo, se puede denunciar. “Cuando el maltrato no es notorio y el agresor niega que hubo el hecho, se abre una investigación para determinar la verdad”.
En el caso de Milena, se emitió una boleta de auxilio para que el agresor no pudiera acercarse a ella. “No fue fácil llegar a la Comisaría y contar lo que me sucedía. Pensé que me iban a juzgar o me iban a decir que era mi culpa, pero no fue así”. A los tres meses, su ex conviviente fue hasta su casa e intentó golpearla, pero pasó una patrulla por el lugar y lo detuvo.
Chango asegura que cuando hay violación a las medidas de amparo (boletas de auxilio), el hecho se remite a la Fiscalía para que se procese como delito penal. “Desde el día que la patrulla se lo llevó, hace cinco años, no lo he vuelto a ver”, cuenta Milena.
Ella aprovechó para volver a estudiar y ahora trabaja en una guardería. Se volvió a casar y cuenta que ahora mantienen una relación de respeto y equidad con su pareja. Tiene 5 meses de embarazo y espera emocionada el nacimiento de su hijo. “Ahora he comprendido que la vida nos da segundas oportunidades”.
Ocho consejos para evitar la violencia en casa
No se deben minimizar las situaciones de maltrato físico, psicológico o sexual en una relación sentimental.
Desde la primera ofensa que se suscite, la víctima debe analizar qué es lo que está pasando en la relación.
Cuando haya violencia, la clave está en aprender a decir basta a los maltratos. Hay que autorrespetarse.
Si usted es víctima de violencia debe contárselo a una persona de confianza para buscar ayuda juntos.
Usted puede denunciar a organismos como la Comisaría de la Mujer y la Familia, a la Policía o a la Fiscalía.
Quien ejerce la violencia, por lo general, suele aparentar arrepentimiento. En la mayoría de casos no lo superan.
Si es atacada, tenga en mente cuál vecino o amistad cercana puede ayudarla en caso de emergencia.
Debe enseñar a sus hijos a ponerse a salvo. Además, llamar al 101, donde debe dar la dirección exacta de la casa.