El ganado de carne de la raza brahman, de alta genética, es uno de los que predomina en los criaderos del país. Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO
Hoy llega el segundo cargamento de reses importadas para mejorar la ganadería y producción de carne del país.
Esta vez, las cabezas de ganado proceden de Estados Unidos y son de las razas angus negro y rojo, brahman gris y rojo, brangus, holstein, charoláis, bigmaster y braford.
Las primeras 234 reses de alta genética, importadas desde Paraguay, se encuentran en cuarentena en una propiedad del cantón Puerto Quito.
La adquisición es parte del Proyecto Nacional de Ganadería del Ministerio de Agricultura con el objetivo de preparar la producción cárnica del Ecuador para la exportación. La Organización Mundial de Sanidad Animal declaró al país libre de la enfermedad de la fiebre aftosa con vacunación, con lo cual la carne ecuatoriana estaría en capacidad de traspasar fronteras.
“Hoy en día el sector pecuario tiene una gran expectativa. Si hablábamos tres años atrás el futuro era muy incierto. Por eso, muchas ganaderías cerraron y se dio la escasez de carne. Hoy en día se ve al menos que hay una esperanza”, refiere Enrique Baquerizo, gerente de la Asociación de Ganaderos del Litoral y Galápagos (Aglyg). A su juicio, la declaratoria es una puerta abierta no solo para exportar carne sino para incentivar a que quienes dejaron esta actividad la retomen.
Al año, en el país se producen 300 millones de libras de carne y se destinan 1 760 000 cabezas de ganado para la producción, según la Federación Nacional de Ganaderos (Fenagan).
Según Baquerizo, se calcula que el 70% de la producción de la carne a escala nacional proviene de la Costa y el 30% restante lo tienen la Sierra y la Amazonía. “Galápagos tiene ganado, pero es para consumo interno y básicamente se concentra en la isla Santa Cruz”.
Las seis provincias de la Costa concentran la mayor cantidad de población de ganado de carne. Manabí lidera la producción, pues el 40% del total de sus reses va para el procesamiento de carne. Le siguen Esmeraldas, Santo Domingo, Guayas, Los Ríos y El Oro. Manabí, junto con Loja, Pichincha, Azuay, Chimborazo, Tungurahua, Cotopaxi y Carchi son las de más consumo.
La Encuesta de Superficie y Producción Agropecuaria 2013 arrojó que los habitantes de esas jurisdicciones consumieron
203 195 reses. También, que en Cotopaxi, Pichincha, Esmeraldas, Santo Domingo, Chimborazo y Azuay se compraron 263 107 reses. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos, en Ecuador la población ganadera (para carne y para leche) es 5,2 millones de reses. El 50,64% está en la Sierra.
Santo Domingo de los Tsáchilas es la provincia donde más se comercializa carne de res. Allí, la Asociación de Ganaderos maneja la feria donde llega la mayoría de ganado del país. “Se venden 5 000 reses por semana. Sin embargo, en Ecuador el consumo per cápita es bajísimo, apenas 18 libras por año en comparación con otros países de la región que es de 100 libras o Estados Unidos donde consumen 160 libras anuales”.
La dinámica de la producción de carne a escala nacional gira en torno a razas, cuyos orígenes son Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos. Por ejemplo, en las haciendas nacionales destacan razas nelore, brahman, guzerat, aberdeen angus y red angus, charolais y shorthorn.
El viceministro de Ganadería, Luis Valverde, dijo que la importación desde Paraguay corresponde a las razas brangus y braford, especializadas en la producción de carne.
Los ganaderos dicen que mantener este tipo de semovientes no es fácil. Ellos se quejan por las diferencias que hay entre el valor que les compran la libra de carne y el que se le pone al consumidor final.
El ganadero esmeraldeño Horacio Moreira asegura que les pagan hasta USD 0,70 por la libra, mientras que en los mercados y tercenas se vende al consumidor a USD 3,50.
Los ganaderos plantean que el Gobierno les fije el valor de USD 1,25 para que les compensen los costos de producción.
Según Teófilo Carvajal, gerente de Fenagan, esos valores no varian desde hace 10 años; por eso la actividad tiende a bajar.
“Varios ganaderos se han retirado, porque no lo ven rentable. Esto pone en riesgo la seguridad alimentaria”.
Los ganaderos ven positivo el cruce de animales para mejorar la producción y aumentar la población. El manabita Juan Zambrano explica que normalmente este proceso toma cuatro años, pero en las vacas de cruces (como las importadas) se acorta a dos años.
En contexto
Según la Asociación de Ganaderos del Litoral se ha planteado la creación de centros de faenamiento donde intervengan la empresa privada y el sector productivo. La idea es tener un sitio para faenar a los animales y vender la carne en canales y no en pie.