Se sube a la bicicleta y da rienda suelta a la adrenalina en la pista con forma de cuchara. Carlos Jaramillo, de 16 años, hace un salto de 3 metros y aterriza, sin perder el equilibrio, sobre el cemento.
La gente que está en el Parque de la Juventud en Santo Domingo lo mira con atención. Sus compañeros lo ovacionan.
Jóvenes, de entre 13 y 25 años, han hecho del BMX un estilo de vida en la provincia tsáchila. Se entrenan y hacen piruetas todos los días en ese parque.
Los pantalones de color oscuro no muy ajustados y las camisetas holgadas con estampados los distinguen del resto de visitantes. “Usamos esta ropa por comodidad”, dice Darwin Chiguana, mientras se alista para saltar.
“Solía practicar en las calles con un amigo. Pero un día decidimos ir al parque y nos gustó, porque había más espacio”, agrega Joan Intriago. Él practica este deporte desde hace cinco años. Actualmente tiene 18 años de edad.
Los ‘bikers’ (pilotos de motocrós en inglés), como se los conoce, eran una especie en extinción en la provincia hasta hace cinco años. Ahora pretenden resurgir. Hoy lo practican 20 jóvenes todos los días y unos 40 lo hacen de forma esporádica.
El BMX incluso dejó de ser una actividad de entretenimiento y ya es de competencia. La última fue el 4 de noviembre pasado. La organizó la Prefectura.
Jonathan Camacho la ganó. El practica desde hace cinco años. Llegó de Guayaquil.
“Cuando la gente nos observa, nos inspiramos e intentamos hacer mejores trucos”, señala José Luis Cárdenas, un ‘biker’ desde hace tres años. “Las autoridades deberían apoyarnos más”.
José Guerrero, presidente de la Federación Deportiva de Santo Domingo de los Tsáchilas, aseguró que el BMX no es un deporte oficial en la provincia tsáchila y que por eso no se puede apoyar económicamente. Además, que “no existen pistas apropiadas” ni un club o selección.
Por eso, Carlos Orellana sostiene que los campeonatos son organizados de manera informal, con participantes de Quito o de Guayaquil. “La idea, precisamente, es que sea reconocido. Esto no es fácil. Se necesita técnica, habilidad, práctica y disciplina”.
Ángel Mera recuerda que hace dos meses se fracturó el brazo mientras efectuaba un salto que vio por la televisión. Lo llevaron al hospital, lo enyesaron y al mes regresó a las pistas.
Ellos se motivan escuchando música y viendo videos en la Internet. Erick Andrés, de 13 años, cuenta que por las tardes, después de hacer las tareas escolares, va al parque a practicar.
Superman, ‘no hands’, ‘park’, giro de 360°, etc. son algunos de los nombres que tienen los trucos. Uno de los más complicados para Orellana es el ‘backflip’. Se trata de un giro de 180° que se hace en el aire con la bicicleta.
Los deportistas requieren de bicicletas especiales para los saltos. Deben ser de fibra de carbono, aluminio y cromo, que son materiales livianos. Cada una puede costar hasta USD 700 y una profesional, cerca de USD 1 500.
Práctica diaria
De lunes a viernes practican desde las 16:00, hasta las 19:00. El fin de semana, desde el mediodía.
El equipo para entrenar solo se lo halla en Quito o en Guayaquil.