En la imagen se puede observar lava desplazándose por las paredes del volcán Wolf, ubicado en la Isla Isabela. Foto: Cortesía/ Parque Nacional Galápagos.
Tras la violenta erupción del lunes, el volcán Wolf, en la isla Isabela, disminuyó su actividad, y dejó de ser una amenaza para el medio millar de iguanas rosadas -especie única en el mundo- que habita en sus inmediaciones.
El Parque Nacional Galápagos (PNG) y el Instituto Geofísico de Ecuador dijeron a la AFP este martes, 26 de mayo de 2015, que, pese al descenso de la actividad, la expulsión de lava puede continuar durante varios días o semanas.
“No hemos vuelto a tener explosiones como la de ayer, lo que sugiere una disminución de la actividad. Sin embargo, se mantienen los flujos de lava, que es un evento normal en estos casos”, señaló Alexandra Alvarado, del Instituto Geofísico.
De 1 707 metros de altura, El volcán Wolf entró en erupción después de 33 años de inactividad, con una violenta explosión que arrojó gran cantidad de lava y una fumarola que se elevó sobre los 15 km del cráter.
El área de influencia del macizo no está poblada por humanos, aunque acoge la única colonia de iguanas terrestres rosadas del mundo y otras especies originarias como iguanas amarillas y las tortugas gigantes Chelonoidis becky.
Las autoridades de Galápagos señalaron que el material incandescente que expulsó el volcán no está llegando al mar, lo que también indica una disminución de la actividad.
“Seguramente se realizarán nuevos sobrevuelos, pero podemos señalar que están a salvo las iguanas rosadas, y las tortugas porque la lava desciende por el flanco opuesto al sitio donde están las especies”, señaló una fuente del PNG bajo reserva.
El evento natural tampoco interrumpió la actividad turística en las islas Galápagos ni supuso un peligro para los pobladores, asentados a unos 115 km del cráter.
Además del Wolf, en la isla Isabela están los volcanes Darwin, Alcedo, Cerro Azul y Sierra Negra.