Redacción Quito
Los Bomberos reportaron hasta las 15:30 de ayer, 15 incendios forestales en distintas laderas y montañas de la ciudad. Los de mayor magnitud fueron en La Forestal (sur), en el Parque de la Mujer (norte) y en la Tola Baja (centro).
Hasta las laderas de La Forestal acudieron dos motobombas y grupos de militares para ayudar a sofocar las llamas. En la Tola Baja, el humo afectó la circulación vehicular, en la avenida Velasco Ibarra, a las 12:15. Esto alarmó a los vecinos de los barrios aledaños. La Policía ayudó a descongestionar el tránsito y evitar accidentes.
El clima en la urbe
Según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología, la época de verano continuará. De acuerdo al pronóstico, el clima tendría que variar desde el 21 de septiembre en adelante.
El Plan Fuego funcionará hasta el 15 de octubre. Dentro del gasto se destinan USD 15 000 para la compra de bebidas y agua para los bomberos. Otro grupo de bomberos, en cambio, acudió al incendio en el Parque Metropolitano. En este sitio se reactivó la llama que afectó dos hectáreas el pasado jueves. Asimismo, hubo reportes de columnas de humo en Guápulo, en la av. Occidental y en varias zonas de Tumbaco y Los Chillos.
Las emergencias fueron atendidas por 200 integrantes del Plan Fuego, del Cuerpo de Bomberos. La entidad todavía no tiene un reporte técnico de lo sucedido en los bosques de la ciudad.
Manuel Sánchez, jefe del Plan, confirma que desde el 15 de julio, aumentó el número de hectáreas quemadas por incendios. Sin embargo, cree que hasta el momento la actuación del Plan es positiva, ya que se ha podido evitar que el fuego consuma más vegetación.
Según sus cálculos, 217 hectáreas se han incendiado en este año (sin contar las consumidas ayer). De ellas, el 10% dañó terrenos con árboles. Sin embargo, en relación con el año pasado, el aumento de hectáreas es significativo. En 2008, se incendiaron 25,5 hectáreas.
Sánchez señala al factor climatológico y a la vegetación seca como principales problemas en los incendios forestales. “El año pasado hubo lluvias, por lo cual la vegetación estuvo verde y recién este año se secó. Eso se está quemando en este intenso verano”. La intensidad del sol, el viento y la mano del hombre contribuye a la propagación ”.
Los Bomberos considera vegetación muerta a la zona donde hay un 5% de humedad. Las zonas quemadas han sido pastizales secos y pajonales por donde, según los casacas rojas, caminan campesinos y sus animales.
Sin embargo, Sánchez sí reconoce una debilidad en el plan. No se capacitó a niños de las escuelas. Las charlas informativas que empezaron en julio no llegaron a todos los infantes. La mayoría de escuelas terminó el año y no se realizó la campaña.
Además, Sánchez admite que faltó más trabajo con las personas que viven en las laderas como La Loma, Ilaló, Pasochoa y Pichincha. En esos sectores hay invasiones ilegales.
El 60% del presupuesto -de USD 500 000- se utiliza en las campañas de difusión. En la radio, la televisión, en impresos y en 40 buses urbanos se divulgó la importancia de evitar incendios forestales. USD 300 000 se gastó en la publicidad.
El vicealcalde del Distrito, Jorge Albán, prefiere no hacer una evaluación del Plan, pero asegura que es necesario determinar los problemas en los incendios.
Albán agrega que lo más grave es que muchos de los incendios han sido provocados. “Hay que trabajar mucho en la cultura de los ciudadanos y combatir fuertemente este tipo de prácticas. A veces hay ciertas concepciones de prácticas agrícolas que creen que al quemar mejora la tierra”.
Por su parte, la Presidenta de la Fundación Acuerdo Ecuador sostiene que la quema indiscriminada de las laderas en la ciudad afecta directamente a la contaminación del medio ambiente por la cantidad de CO2 que se emana. “Es necesario que exista mayor control para preservar el ecosistema, pues el país empieza a tener problemas en su equilibrio ambiental”.
Hasta el cierre de esta edición, los bomberos seguían apagando y controlando el fuego en varios sectores (16:30). En la av. Velasco Ibarra se mantuvo la vigilancia policial para evitar accidentes, ya que la humareda no permitía circular, ya que había poca visibilidad para los conductores.