Las bolsas de empleo aseguran que las empresas no han aumentado la demanda. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO
Las políticas laborales para incentivar el empleo joven no se reflejaron en las cifras de septiembre sobre este ámbito. Este grupo etario es el que menos posibilidades tiene de encontrar un trabajo formal en el Ecuador.
Según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en el país existen 338 577 personas en el desempleo. De estas, el 38,9% tiene entre 15 y 24 años de edad.
La falta de experiencia sigue siendo la principal barrera para que hallen trabajo, incluso si son profesionales y ya cuentan con un título universitario.
La ingeniera en Finanzas Patricia Gómez, de 26 años, no encuentra empleo desde mayo. En los primeros cuatro meses del año tuvo su primera experiencia laboral en un proyecto en Puyo (Pastaza), ciudad de donde es oriunda. Pero al concluir el proyecto terminó su participación laboral.
Buscó otro trabajo en esa misma ciudad, pero fue inútil. Por esa razón vino a Quito, sin embargo, el camino ha resultado complicado para ella, debido a que le exigen más experiencia.
Desde el año pasado está vigente una reforma laboral que incluye incentivos estatales para la contratación de personas de entre 18 y 26 años, principalmente para aquellas que buscan su primer trabajo.
El Estado se debía hacer cargo del pago del aporte del empleador al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). El monto se cubre siempre que el trabajador gane hasta dos salarios básicos (USD 750).
Sin embargo, esto no ha sido suficiente. Víctor Hugo Albán, expresidente del Colegio de Economistas de Pichincha, explicó que como la situación económica del país no ha cambiado, es poco probable que las compañías se atrevan a incrementar su nómina contratando gente en la que tienen que invertir para que aprendan.
Las bolsas de empleo confirman que la demanda de trabajadores jóvenes ha variado poco durante todo este año.
Soledad Londoño, directora de Bienestar Estudiantil de la Universidad de las Américas (UDLA), indicó que las empresas son cautas al contratar.
En el portal de empleo de la UDLA, las cifras se han mantenido este año. Tienen registradas unas 500 compañías y 1 500 demandantes de trabajo, entre estudiantes y egresados.
En el portal Multitrabajos, por su parte, el porcentaje de jóvenes que contratan las empresas se redujo en más de 30% entre 2015 y 2016, mientras que en el último año la cantidad “prácticamente se mantuvo pareja, con variaciones entre 1% y 2%, máximo”.
Sergio Vera, director de la firma, dijo que para la contratación de jóvenes las compañías del país demandan estudios superiores completos y por lo menos de entre uno a cuatro años de experiencia laboral.
Las personas que no cuentan con estos requisitos enfrentan mayores dificultades para poder emplearse. Marisol Paredes, de 20 años, solo tiene el título de bachiller y desde hace dos meses trata de encontrar un empleo sin resultados.
Laboraba en una entidad pública realizando actividades de limpieza, pero fue despedida junto con otras personas.
La respuesta que recibe de las compañías es que buscan gente que haya trabajado entre uno y dos años en otras empresas, pero ella solo cuenta con unos meses de experiencia.
Lo mismo le sucede a Erick Ordóñez, quien hace dos años está desempleado. Es bachiller y nunca ha tenido un empleo formal. Este joven de 22 años tiene formación de chofer profesional y ha realizado trabajos de carpintería. Sin embargo, en las empresas le dicen que están contratando poco personal en estas áreas.
Según Multitrabajos, las firmas que contratan jóvenes están en el segmento de consumo masivo, principalmente en áreas como ventas.
Los jóvenes que no han podido colocarse buscan diferentes formas de ganarse la vida, engrosando las filas del subempleo. De 1,6 millones de subempleados en el país, el 20,9% tiene entre 15 y 24 años.
Este grupo de edad es el que más personas en esta condición aglutina. No tienen acceso a la seguridad social, no alcanzan a ganar el salario básico (USD 375), trabajan más o menos de las ocho horas, etc.
A escala general, los indicadores de empleo siguen estancados. El desempleo en el país se redujo ligeramente, 1,4%; el empleo pleno creció en un punto. Y el empleo informal creció del 44,5% al 46,4 %.
En contexto
El año pasado se aprobó una reforma para impulsar el empleo joven. Reducción en el costo de las pasantías e incentivos para cubrir el aporte a la seguridad social están entre los cambios. Pese a eso, los indicadores laborales para este segmento no mejoraron.