Moradores de la Loma de Puengasí esperaron varias horas para que saliera el presunto victimario. Querían lincharlo. Foto: Eduardo Terán /El Comercio
La noticia alarmó a los habitantes del barrio San Isidro de Puengasí, en el oriente de Quito. En el interior de una casa se encontraba el cadáver de una niña de cuatro años de edad. Eran las 23:00 del lunes 28 de septiembre del 2015 y la población rodeaba esa vivienda. Los vecinos habían incinerado tres llantas y furiosos gritaban “¡asesino y violador!”.
En el interior de esa vivienda también se encontraba el sospechoso. Fue identificado como Henry O., de 29 años. El hombre había llegado a ese barrio hace apenas un mes. Arrendaba uno de los departamentos en la misma vecindad en la que vivía la niña y su familia.
Jairo V., hijo del dueño de la casa, indicó a la Policía que vio a la niña ingresar al departamento del inquilino. Ese momento no creyó que algo malo le pasaría a la pequeña.
Horas más tarde, el rumor de la muerte de la niña se propagó por todo el barrio. Fue necesaria la intervención de grupos antimotines y de élite de la Policía para mantener el control. A la medianoche los uniformados sacaron el cuerpo de la pequeña y al mismo tiempo al detenido.
El cadáver de la menor estaba escondido en un armario. En la misma habitación, pero en la cama se encontraba el hombre. Él presentaba golpes por todo el cuerpo, pues fue atacado por los moradores cuando intentó huir, pero al verse acorralado se encerró en su casa.
El cuerpo de la niña fue llevado al departamento médico legal y este martes (29 de septiembre) se confirmó que fue violada y esto provocó su muerte.
El sospechoso se encuentra en la Unidad de Flagrancia, en el norte de la urbe, y en poco minutos se realizará la audiencia respectiva.