Slendy Cifuentes, vecina de Chillogallo, recoge agua de la lavadora para reutilizar. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO
El polvo en las calles de parroquias como Calderón y San Antonio de Pichincha es un problema para los habitantes de esas zonas, debido a los fuertes vientos veraniegos. La tierra se levanta y causa malestar en los transeúntes y ensucia casas y locales comerciales.
Para aplacar la polvareda, los vecinos lanzan agua potable. También la gente riega los jardines más a menudo o usa el líquido en la agricultura.
Por este tipo de prácticas, el consumo por persona en Quito sube un 20%. En promedio, cada habitante de Quito consume 200 litros al día, según la Epmaps. Si alguien consumía 160 litros en invierno, se calcula que gasta 40 más en verano.
Datos de Senagua revelan que el promedio de consumo en Pichincha es 295 litros y el nacional 249, similar al de Perú, en donde llega a 250. Sin embargo, la OMS señala que cada persona debería consumir un promedio de 100.
Además de que el consumo de agua se dispara en verano, las fuentes que alimentan a la ciudad del líquido vital disminuyen, por la falta de lluvias y el aumento en la temperatura.
Según Manuel Encalada, jefe de Distribución de Epmaps, mientras en San Antonio o Calderón el gasto de agua crece por ser zonas desérticas, en Cumbayá, Conocoto o Tumbaco los propietarios tienen piscinas o riegan sus jardines en el día y más a menudo. En Alangasí, La Merced o Píntag, el incremento se da porque la gente usa agua potable para sus sembríos, en lugar de la de riego.
En esta zona, los problemas de abastecimiento son recurrentes. Isabel Guacho, vecina del barrio Tejar Loma, de Alangasí, relata que por lo menos durante dos años, a diario recibían el servicio de 00:00 a 06:00. La cotidianidad familiar se trastocó y también sus horarios. “Nos levantábamos en la madrugada a usar la lavadora, regar plantas y recoger agua para cocinar o el baño”.
En la calle Toacazo (sur) funcionan lavanderías de autos en las que se usa manguera. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Desde hace dos semanas, la provisión ha mejorado, pero ayer, en el sector de Mirasierra, hubo un nuevo corte del servicio. Según Encalada, el problema con Alangasí, La Merced y Píntag es que aún no tienen una fuente grande, solo se proveen de vertientes y pozos. Para enfrentar la crisis actual, se decidió extraer agua de dos pozos más y hay un plan para mejorar la distribución.
La junta parroquial de Alangasí habilitó líneas para que los habitantes informen sobre casos de desabastecimiento, pues la solución en marcha es temporal. Nathaly Escaleras, la presidenta, informó que la Epmaps se comprometió a emprender un proyecto que solucione por completo la escasez.
La empresa hace un llamado a la población porque en verano se vuelve más complejo el viaje del agua de La Mica o Papallacta, a más de 3 000 metros sobre el nivel del mar, en los páramos hasta plantas como Bellavista, El Placer, Conocoto, Paluguillo, El Troje.
El agua potable que una persona desperdicia, le falta a alguien más. Lo tiene claro Slendy Cifuentes, quien vive en el sector de Chillogallo, en el sur.
En su casa, nunca se bota el agua de enjuague de la lavadora. La familia la reutiliza para lavar una nueva carga de ropa, limpiar pisos o para botar el agua en el baño, cuando hay cortes en el servicio, como pasó hace una semana y se repite al menos dos veces al mes. En ese caso, también comparten el líquido con sus vecinos.
Las facturas por consumo llegan a un máximo de USD 8, pero su hermana, que también tiene una familia de cinco integrantes, paga hasta USD 14.
Según Epmaps, el costo del metro cúbico (m3) de agua varía, dependiendo del consumo. Quienes usan de 0 a 11 m3 pagan 31 centavos al mes; los que gastan de 12 a 18 m3, 43 centavos y de ahí en adelante, 72 centavos, que es el valor no subsidiado.
Tips para ahorrar agua potable
Repare fugas internas de agua en tuberías. Si cierra la llave en la ducha mientras se jabona y la del lavabo cuando se cepilla los dientes, ahorra 26 litros.
Recoja agua en un balde para lavar su auto. Si usa manguera, se desperdiciarán 500 litros del líquido vital, que alcanzarían para limpiar 60 vehículos.
Encienda la lavadora y el lavavajillas solo con carga completa. El agua del enjuague de la ropa puede servir para la siguiente carga o limpiar la casa.
Lave varios platos y utensilios de cocina a la vez, en un recipiente hondo. No lave las frutas pequeñas de una en una, sino todas en un mismo tazón.
Reemplace los inodoros antiguos por modelos eficientes. Estos tienen doble pulsador, que permite una descarga diferente si son sólidos o líquidos.
Si tiene jardín y macetas es recomendable regar las plantas en la noche. Así, estas aprovecharán toda el agua y esta no se evaporará por el calor.