Desde inicios de noviembre del 2016 no llueve en Cuenca. Fotos: Giovany Astudillo/ EL COMERCIO
Las piedras que están en el cauce del río Tomebamba de Cuenca se convirtieron un atractivo. Por la sequía, que se registra en la región, las rocas quedaron visibles y hay quienes las fotografían e, incluso, otros las utilizan para cruzar el afluente.
De acuerdo con el monitoreo que realizan los técnicos y equipos de la Empresa Municipal Etapa, el Tomebamba es el río cuencano con menor caudal este lunes 21 de noviembre de 2016.
Este afluente tiene un caudal de 0,23 metros cúbicos por segundo. El Tarqui tiene 0,28, el Yanuncay 1,22 y el Machángara 1,89 metros cúbicos por segundos. Según información de Etapa, estos niveles son considerados como bajos.
Según el gerente de esta empresa municipal, Iván Palacios, pese a la sequía, la producción de agua potable no se ha reducido, pero pidió que la ciudadanía no desperdicie el líquido vital.
En las dos últimas semanas prácticamente no se han registrado precipitaciones en Cuenca. Al amanecer y en la noche los fríos son intensos y durante el día las temperaturas son elevadas. La mínima de este lunes fue de 3 grados centígrados y se espera una máxima de 26 grados.
El técnico del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), Rodolfo Molina, estas condiciones climáticas representan una anomalía para la época y se registra en las provincias de Azuay, Cañar y Loja.
Según él, para este mes se tenía previsto 86,2 milímetros de precipitaciones y solo ha llovido 21,1 milímetros, que representa el 24% del total. Solo el 10 de noviembre hubo una precipitación importante.
Molina dice que la causa es la presencia de una masa seca y cálida que llega desde el sur del continente. Eso provoca que no exista nubosidad y una reducción de la humedad relativa en el ambiente y aumentan las temperaturas.
De acuerdo con la predicción, estas condiciones se mantendrán durante esta semana, aunque podría cambiar entre el miércoles y jueves, dice Molina.