Redacción Construir
Como dibujada en la esquina de las calles Hermanos Pazmiño E4-207 y Saá está la casa. Una mirada basta para ver que su tipología difiere de las casas y edificios que la rodean, los cuales muestran un champús constructivo. Edificios como el hospital Eugenio Espejo, la maternidad Isidro Ayora, el Palacio Legislativo, la Contraloría del Estado, entre otros.
El estilo de la casona es lo que la hace diferente. Su escala, también. La edificación corresponde a una arquitectura ‘tipo finca’ de estilo ecléctico y de una sola planta. Fue construida en la segunda década del siglo XX, pero fue ampliada en 1940 en el lado suroccidental. Es conocida como la casa Bossano.
Como sucede con muchas edificaciones patrimoniales, la casa Bossano también se quedó desfasada. Y eso afectó su estructura de forma severa, por lo que las grietas y las fisuras se convirtieron en el sello de la casa.
En ese estado la encontró el Municipio de Quito que, por intermedio del Fonsal, decidió recuperarla para darle un uso más acorde con las necesidades de los ciudadanos. Entonces nació la Casa del Respiro, una edificación adecuada para dar servicios a los abuelitos y abuelitas con alguna discapacidad.
¿Cómo se logró esa transformación? Lo primero, explica la Arq. Elsa Almeida, encargada de la rehabilitación, fue poner a punto la edificación.
“Las tareas iniciales comprendieron la limpieza y la desratización del sitio. Luego se ejecutaron los retiros, los derrocamientos, la liberación de agregados y los desalojos de los elementos que estaban demás. Entonces fue el turno de la consolidación de los muros y el reforzamiento estructural de los cimientos…
También se intervinieron los pisos y entrepisos de madera. Todos los elementos originales en buen estado se preservaron, explica Almeida. Para los cambios se utilizó madera de colorado.
Los trabajos en madera no quedaron ahí. Se procedió, asimismo, a la restauración y sustitución de las carpinterías en puertas y ventanas y a la rehabilitación de aleros y dinteles.
“En los elementos nuevos se utilizó el seike; los antiguos bien preservados no se tocaron. Un ejemplo es la puerta principal de entrada, de capulí”.
Y eso no fue todo, continúa Almeida. “También se curaron las grietas y fisuras de las paredes y muros de adobe y ladrillo. Y se construyeron las losas catalanas (madera y ladrillo) de los baños. Claro, se pusieron al día las instalaciones hidrosanitarias, eléctricas, de iluminación”.
Los últimos pasos fueron colocar el equipamiento adecuado y habilitar los espacios exteriores para los jardines y estacionamientos. De esto se encargó el Departamento de Parques y Jardines del Municipio.
La adecuación a la nueva función, la Casa del Respiro, culminó la tarea. El equipamiento, por ejemplo, incluye baños propios para personas con discapacidad, rampas de acceso y barandas de sujeción de acero. En la rehabilitación integral laboraron en forma permanente durante 10 meses, 50 obreros y 8 técnicos. La inversión fue de USD 250 000.