En la página web del Instituto de Fomento al Talento Humano se puede ver que hasta marzo cuenta con 324 trabajadores. Foto: archivo / EL COMERCIO
A través del decreto 1040, el presidente Lenín Moreno suprimió el Instituto de Fomento al Talento Humano (IFTH), ayer, viernes 8 de mayo del 2020. La entidad se creó el 19 de enero del 2015, mediante el decreto 555, firmado por el entonces Primer Mandatario, Rafael Correa, en reemplazo del Instituto Ecuatoriano de Crédito Educativo y Becas (IECE), que funcionó desde 1973.
En el decreto, firmado por Moreno, se indica que una vez cumplido el proceso de supresión, todas las competencias, atribuciones, funciones, programas, proyectos, representaciones y delegaciones, que le correspondían al IFTH, serán asumidos por la Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt). Y se establece un proceso de transición de 90 días.
La noche de este sábado 9 de de mayo, una vez que se difundió el documento, EL COMERCIO entrevistó a Agustín Albán, titular de Senescyt, que en estos meses está a cargo del Comité de Operaciones de Emergencia de Pichincha. Él confirmó que “este y varios decretos más que han salido buscan optimizar recursos, poder hacer lo mismo, mejorar procesos y ser más eficientes en términos de presupuesto”.
El IFTH está a cargo de las becas y de los créditos educativos. En su página web se puede ver que hasta marzo cuenta con 324 trabajadores.
¿Cuál es el presupuesto que maneja en este 2020? El secretario Albán respondió que empezaron el 2020 con USD 105 millones, para becas. Pero dijo no tener a mano la cifra que se invierte en personal y gastos operativos. “Hemos estado analizando, tenemos que migrar a Senescyt una serie de procesos, que llevaba, cuestiones con bancos, otorgamiento de créditos, unos con coactiva y seguimiento por préstamos no pagados, cumplimiento y liquidación de becas. Todos están teletrabajando, así que esperamos que se normalice la parte operativa. Siempre fue una entidad adscrita a la Secretaría”.
Los becarios se han quejado en los últimos meses por demoras en la entrega de mensualidades. Al respecto, el funcionario contestó que “los retrasos han sido por falta de liquidez y no cumplimiento de requisitos en algunos casos. Nos hemos dedicado a pagar la alimentación de becarios y los seguros porque evidentemente no están en clases. Hasta marzo se han pagado USD 7 millones”.
El programa de becas fue uno de los considerados ‘estrellas’ en la década anterior. De 1995 hasta el 2006 se entregaron menos de 300 becas. Pero desde el 2007 hasta el 2016 hubo alrededor de 20 000 becarios. Por cada chico que estudió en el exterior se invirtió USD 150 000, 90 000 y 50 000, en tercer nivel, doctorado y maestrías, respectivamente. Las becas eran completas y cubrían manutención, pasajes aéreos, matrícula, colegiatura, seguro de salud y vida y costos de investigación. En especial estuvieron en Europa, Asia y África (51%). El resto (31%) en EE.UU., Canadá y Oceanía. Un menor porcentaje (18%) en América Latina y el Caribe.
¿Se está destruyendo un proyecto considerado símbolo en la década anterior al suprimir el IFTH? Agustín Albán responde que no, que para nada se destruye el proyecto, que seguirá funcionando, con una parte operativa y administrativa más eficiente.
¿Se ha pensado en disminuir la oferta de becas este año? “El desafío que tenemos es continuar cumpliendo con los becarios de años anteriores, alumnos que están en planes de doctorado, lo que venimos haciendo es reorientar las becas para que cuando regresen encuentren cabida en el mercado laboral, hay gente que volvió al Ecuador y no tuvo cabida. Tenemos que cuidar a nuestros becarios en el extranjero; ante la nueva realidad económica vamos a ver hasta dónde podemos movernos. Además será difícil que la gente salga a estudiar al extranjero por temas de movilidad (por el covid-19), no está claro cómo será; algunos quizá tengan que diferir sus becas, es un nuevo mundo, hay que reacomodarse”.
Karla Rodríguez, de la Asociación de Becarios Retornados del Ecuador (Abrec), espera que este cambio sea una oportunidad para que las cosas mejoren. “Creo que la supresión del IFTH nace de la coyuntura de lo que está pasando. Nos preocupa lo que pueda pasar en el proceso de transición. Con el IFTH tenemos problemas desde hace años, se tardan en responder, pierden los documentos. Hay profesionales que llegaron al país hace cinco años y aún no les han liquidado las becas”.
¿En este momento conocen cuántos becarios tienen problemas de retrasos en los desembolsos? “En marzo el IFTH nos dijo que el problema era con 15 becarios. Pero nos sorprendía la cifra porque a nosotros nos llamaban muchos más familiares. Así que hicimos una encuesta y nos respondieron 245 becarios. El 2% de ellos enfrentaba un atraso de más de 12 meses en los desembolsos. El 31%, atrasos de seis a 11 meses; 20%, de entre tres a cinco meses y el 47%, menos de tres meses. Eso era hasta marzo. Puede que hayan pagado a algunos, de lo que escuchamos no a muchos. Todos están estudiando; no es que están de vacaciones por la pandemia, es como acá, tienen clases virtuales”.
¿Cómo pueden los becarios aportar al país? “Entendemos la situación, es un momento difícil, como becarios queremos aportar, tenemos algunos proyectos, para conseguir donaciones de universidades del Reino Unido, de equipos, por ejemplo, para ayudar en la emergencia. Pero no nos dejan ayudar”. ¿Quiénes no les permiten ayudar? “El IFTH, la Senescyt, la Presidencia de la República no nos responden. Le escribí incluso a la Ministra de Gobierno diciéndole que queremos ayudar, tenemos becarios de varias disciplinas que en esta emergencia pueden sumarse y no nos responden. Hacemos por nuestro lado, entendemos y no queremos duplicar esfuerzos, pero no vemos interés”.
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