Buenos Aires. Reuters
Los productores agropecuarios de Argentina lanzaron ayer una huelga comercial contra las políticas oficiales para el sector, reviviendo un agudo conflicto por el impuesto a la exportación de soya que el año pasado convulsionó al país.
La nueva protesta fue desencadenada por el veto que la presidenta Cristina Fernández realizó esta semana a una ley que beneficiaba impositivamente a algunas regiones afectadas por una grave sequía, aunque los productores rurales arrastran su enojo desde 2008.
El artículo vetado habría eximido a productores agropecuarios del país sudamericano, uno de los principales proveedores mundiales de alimentos, de pagar aranceles a la exportación de alimentos durante seis meses, en algunas de las zonas más afectadas por la falta de lluvias.
Además del golpe que significó el veto presidencial, los productores también se encuentran desalentados porque el Congreso renovó a principios de mes la facultad de Fernández de fijar las tasas a las exportaciones, lo que alejó la posibilidad de que el Parlamento reduzca los polémicos aranceles.
Los productores rurales planean suspender la comercialización de granos y hacienda durante ocho días, pero podrían extender la protesta en un intento por incrementar la presión sobre Fernández. Los dirigentes agropecuarios dijeron que se oponen a los cortes de rutas como medio de protesta, porque en caso de producirse un nuevo desabastecimiento de alimentos, perderían apoyo de la población urbana.