Redacción Quito
Los dos árboles de arupos sembrados frente a la casa de María Sánchez, junto al cuartel Epiclachima, en el sur, lucen secos. Fueron sembrados hace siete años. Pero por falta de mantenimiento y agua se están virando.
La vecina pide que la Empresa Municipal de Movilidad y Obras Públicas (Emmop) realice el mismo procedimiento que en la av. Maldonado. En esta vía se cortan 234 árboles viejos y que están secos. “Es necesario que se haga una poda en los árboles. También retirar los viejos”.
Hace tres meses, técnicos de la Emmop, cortaron las ramas más largas pero no sacaron los troncos podridos. Por eso, otra vez, las ramas impiden la visibilidad en la av. Las Palmas.
Al respecto, Teodoro Izquierdo, técnico de parques y jardines de la Emmop, dice que el plan municipal no consiste en tumbar o en retirar los árboles. “Sino en dar mantenimiento con las podas programadas y reemplazar los árboles viejos”.
Javier Fuentes, vecino de Solanda, sostiene que la arborización en su sector sirvió para mejorar el aspecto de las calles. Pero reclama mantenimiento y expresa su desacuerdo con el retiro de árboles. Asegura que se demoran mucho tiempo en crecer los nuevos árboles.
Según el plan de Forestación y Reforestación del Municipio, desde 2001, se sembraron árboles en los lugares concurridos como avenidas, establecimientos educativos y zonas comerciales. En estos sitios se sembraron especies de crecimiento rápido.
Por ejemplo, el árbol de la especie de álamo plateado. Pero antes, en los noventa, se sembraron árboles sin asesoramiento técnico que crecieron y ahora obstruyen la visión por su frondosidad. Eso ocurre en las avs. Gaspar de Villarroel, Amazonas y en los parques.
Según datos de la ex corporación Innovar, en los últimos ocho años se ha sembrado 6 629 354 árboles. El número de árboles incluye la zona urbana y rural de la provincia.
Esteban Oviedo, coordinador de manejo ambiental del Parque Metropolitano, manifiesta que las especies que se sembraron en algunas zonas no son las adecuadas. Los árboles son frondosos, crecen y tienen formas de cono invertido.
Los árboles -agrega-, a más de afectar la visibilidad, son peligrosos porque están cerca de las redes eléctricas. “También representan un gasto para el Municipio porque deben ser podados continuamente”.
El experto recomienda que en la ciudad se siembren árboles solo arbustivos como la tupirosa o el tilo. Él considera que el problema de los árboles es por la falta de un conocimiento técnico en la forestación.