En el preuniversitario Hawking se ofrecen talleres de refuerzo académico para los chicos que aún no aprueban el año. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Steven, de 16 años, ya no quiere perder más tiempo. Busca prepararse y aprender los conocimientos que no quedaron claros durante el año. Él es uno de los chicos que rendirán el examen remedial, la segunda oportunidad para ser promovido al siguiente ciclo escolar.
De los siete exámenes supletorios que rindió, aprobó cuatro. Pero física, química y emprendimiento no, por lo que se siente frustrado. El motivo principal es que siguió el proceso de recuperación en su colegio y no pudo aprobar.
Las clases -dice- no le sirvieron mucho, porque los vacíos en su aprendizaje continúan.
Ahora espera aprobar el año y ser promovido a tercero de Bachillerato. En este período de vacaciones, por ejemplo, el joven ha resuelto los trabajos que le enviaron en su institución educativa y toma clases especializadas con tutores.
Un total de 274 443 estudiantes rindieron el supletorio en el año escolar anterior 2016-2017. Si se compara con el total de chicos (1 501 077), el porcentaje es del 18%. Al remedial se quedaron 150 696 y para el de gracia, 23 370. Los datos entregados por el Ministerio de Educación corresponden al régimen Sierra-Amazonía.
La Cartera de Estado maneja datos parciales o provisionales sobre los supletorios en este año, con 22 267 estudiantes.
Para Cristina Tapia, psicóloga educativa del Centro Psicoterapéutico Crecemos, hay dos aspectos claves: el apoyo de los padres y hacer un trabajo preventivo durante el ciclo.
A lo largo del año escolar, los representantes deben acudir a la institución educativa para conocer el desarrollo académico de su hijo. En este sentido podrán conocer los aspectos académicos en los que hay falencias para que se refuercen de forma oportuna.
Rendir exámenes supletorios, remediales o de gracia también puede tener efectos en la autoestima de los jóvenes y en su estabilidad emocional.
La profesional aconseja que el padre dialogue con el estudiante para conocer qué otros factores influyen en su rendimiento académico.
Los problemas familiares -como la muerte de algún familiar, un divorcio o conflictos dentro del núcleo familiar- son factores que pueden afectar a su estado de ánimo y rendimiento. Tapia dijo que el mensaje que los padres deben enviar es de apoyo, no de culpa.
En el ámbito académico es recomendable buscar clases personalizadas. Recurrir a cursos de nivelación para llenar esos vacíos es necesario. El objetivo es que el estudiante aprenda en este proceso.
Esto ocurrió con Ariel Noriega, de 15 años. El estudiante se quedó a supletorios en cinco materias: matemática, inglés, lenguaje, cultura estética y ciencias naturales. Aparte de las clases que recibió en su colegio optó por acudir a clases particulares. Esa decisión le ayudó a entender mucho mejor el contenido. Con los trabajos y la práctica mejoró su conocimiento.
En Quito existen ofertas de clases particulares o cursos de refuerzo académico, dependiendo de la materia.
En el preuniversitario Crecer se ofertan talleres de refuerzo académico. Carlos Vargas es director comercial y cuenta que durante esta temporada aumenta el número de usuarios en un 60%. En ese lugar ofrecen cursos específicos para preparación de supletorios y remediales, que duran dos semanas, en horarios de 09:00 a 13:00. También hay flexibilidad en los horarios, dependiendo la asignatura que quieran reforzar.
Las asignaturas más demandadas son matemática, física, química, inglés y lenguaje. Los precios varían según lo solicitado, pero están entre USD 75 y USD 100, detalló Vargas.
Con el apoyo académico y emocional se puede evitar que los supletorios sean recurrentes. Lo importante es prevenir y que la comunicación en la familia sea efectiva, dice Tapia.
La tarea de padres y madres es estar en constante evaluación del tiempo que destinan sus hijos al trabajo académico. Además, se deben establecer horas de estudio a lo largo del ciclo escolar. Estas actividades pueden ser lúdicas, para evitar el cansancio mental en los niños y jóvenes.
En el Centro Terapéutico Infantil Crecemos, por ejemplo, se trabaja con adolescentes en evaluaciones psicopedagógicas, para determinar dónde se encuentran las dificultades.
Otras evaluaciones abarcan aspectos emocionales y se realizan nivelaciones académicas encaminadas al fortalecimiento del razonamiento.
Entre el 20 y 22 de agosto se rendirá el examen remedial. Si un estudiante reprueba este examen en dos o más asignaturas deberá repetir el curso.
Una tercera oportunidad se da a los adolescentes que no pasaron el remedial en una sola materia: el examen de gracia, que será el 29 de agosto, según el cronograma de actividades escolares.
En contexto
Los exámenes supletorios, remediales y de gracia se aplicarán a los estudiantes a partir del octavo año de Educación General Básica. AsíconstaenelReglamento a la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI). Para quienes cursan años inferiores no es obligatorio.