Seis hechos relevantes marcan al 2014: restricciones a las importaciones, la promesa del cambio de la matriz productiva, el agresivo endeudamiento público, el cierre de la negociación comercial con la Unión Europea, la aprobación del Código Monetario y el antes y después del precio del petróleo. Cinco de los seis hechos fueron impulsados por el Gobierno Nacional, una muestra de que la actividad económica giró alrededor del Estado, como ha sido durante los últimos ocho años.
Las restricciones a las importaciones frenaron el ingreso de bienes de consumo y de materias primas a inicios del 2014. En la práctica, la medida se tradujo en una caída de la actividad productiva en el primer trimestre del año, cuando el crecimiento económico fue de apenas 0,2%, el más bajo desde la crisis del 2009. Y pese a que el precio del petróleo superaba los USD 90 por barril.
El costo de las restricciones obligó al Régimen a flexibilizar la medida, presionado por los reclamos de los países vecinos, pero también por la necesidad de mostrar coherencia con el acuerdo comercial que se venía negociando con la Unión Europea, el cual finalmente se cerró en julio.
A cambio de la flexibilización, decenas de empresas tuvieron que firmar acuerdos con el Gobierno para bajar sus importaciones, comprar más a proveedores locales e invertir en el denominado cambio de la matriz productiva.
Aunque el precio del petróleo se mantuvo sobre los USD 90 hasta julio, fue insuficiente para mantener el ritmo de gasto público. El Régimen se volcó al endeudamiento para financiar el presupuesto, sea con emisión de bonos en los mercados local e internacional, créditos chinos, préstamos con garantía del oro de la reserva, etc.
El año termina con un precio del barril de crudo de USD 50 y el anuncio de salvaguardias cambiarias para frenar la salida de dólares. Pero el Régimen se anticipó con un Código Monetario, que le pudiera servir en 2015 para manejar la liquidez interna del país.