Redacción Quito
Una enorme nube de humo se divisó el fin de semana en la avenida de los volcanes, cerca del Pasochoa, ubicado a 30 kilómetros de Quito. En ese sitio, más de 10 hectáreas de áreas verdes se consumieron con el fuego.
El flagelo se inició a las 10:00 del domingo, pero conforme avanzó el día, la llamarada se extendió y afectó a varios sectores del bosque. Alrededor de 40 efectivos, entre bomberos y motorizados, acudieron el lugar hasta las 18:00. A esa hora, el 95% del fuego cedió.
Los sitios vulnerables
El director del Plan Fuego, Manuel Sánchez, dijo que las zonas vulnerables fueron las laderas del Pichincha, Los Chillos, Llano Chico, Llano Grande, Pasochoa y el cerro Ilaló.
La mayor incidencia de los incendios se presenta por la quema de arbustos, matorrales, arbolado menor y basura.
En el plan fuego se invierten USD 500 000. Este se aplica desde el 15 de julio pasado y se extenderá hasta el próximo 15 de octubre, con 200 bomberos. A unos metros de la avenida se encuentra el sector de Cuendacín Alto. Allí existen varias haciendas y terrenos. Washington Loaguachín acudió desesperado al sitio luego de dos horas para ayudar a apagar las llamas. Él es propietario de uno de los terrenos y de varias cabezas de ganado. Temía que el fuego se propague hasta su pequeña granja.
Loaguachín, con una pala en la mano, contó que cuando ocurrió el flagelo él se encontraba fuera del lugar. Pero que apenas recibió el llamado de su familia lo llamó acudió al sitio para ayudar a apagar las llamas.
El hombre ayudó a algunos de los hacendados del sitio a cavar una franja cerca de un riachuelo que desciende desde la ladera. Eso para que con el agua el fuego ceda, pero esto no fue suficiente.
Con el paso de las horas, más bomberos acudieron con machetes para cortar los ramales. Según Jorge Narváez, uno de los casacas rojas, las ramas son utilizadas para golpear la paja y los troncos que empiezan a incendiarse.
Desde ese mirador se podían observar más de cinco incendios que afectaban al valle de Los Chillos. Narváez dijo que no pudieron llevar motobombas a esos sectores, por lo que hubo demoras en apagar los incendios.
Una situación similar se vivió en el cerro de Ilaló desde el sábado por la tarde hasta el domingo a las 06:00. A esa hora el Cuerpo de Bomberos logró sofocar los focos de incendio.
Allí también más de 5 hectáreas de bosque se perdieron en las llamas. Geovanny Cabezas, jefe de intervención del Plan Fuego, señaló que los flagelos fueron provocados intencionalmente.
En el Ilaló permanecieron 50 efectivos durante el fin de semana. Ellos realizaron rondas alrededor del cerro con el fin de prevenir nuevos incendios.
José Criollo, dueño de una tienda en las viviendas ubicadas en la falda del cerró, señaló que el flagelo fue uno de los peores ocurridos en las últimas semanas.
Además, comentó que los moradores están preocupados por las afectaciones que el humo, el hollín y la ceniza pueden causar a la salud. “No se respira la humareda solo cuando se sale a la calle, sino que también entra a los hogares por las ventanas”.
Saúl Iza, otro morador, cree que el daño que se hace al ecosistema es irremediable. Dijo que ahora el aspecto del cerro ha cambiado por los incendios.