La Unidad Nacional Antisecuestros y Extorsión (Unase) capturó a cinco presuntos extorsionadores tras cobrar una ‘vacuna’ extorsiva a un comerciante en Guayaquil. La Policía informó de la detención la mañana de este miércoles 24 de agosto de 2022, luego de un operativo desplegado la noche previa.
Las primeras indagaciones apuntan a que uno de los líderes de la organización delictiva es un jugador profesional de fútbol. Pero el capitán Carlos Cuenca, jefe de la Unase, dijo que aún se adelantan investigaciones en flagrancia para confirmar esa información.
El operativo de la Policía se activó tras la denuncia de un comerciante, que estaba siendo extorsionado. Le exigían por varios días diversas cantidades de dinero a cambio de no atentar contra su negocio, su familia o hijos. “Tenían información certera de la víctima”, dijo el oficial. “Les exigían USD 5 000 para dejarlos tranquilos”.
Los agentes especializados en la resolución de casos de secuestro y extorsión detuvieron a los sospechosos luego de cobrar la denominada ‘vacuna’ extorsiva. Y se detuvo tanto a quienes fueron a retirar el dinero como a las personas que les prestaban seguridad a los presuntos delincuentes. Entre ellos está un menor de edad, quien fue aislado, y un ciudadano extranjero, quien registra antecedentes penales por robo y asociación ilícita.
Llamadas y cartas extorsivas
La banda presionaba a la víctima a través de cartas, pero también con videos y llamadas extorsivas. Los teléfonos celulares de los aprehendidos con el registro de los videos y las llamadas ahora constan como pruebas contra los detenidos, según el oficial.
También están entre las evidencias el dinero en efectivo que entregó la víctima, y que pasó a cadena de custodia. Los ahora detenidos se identificaron ante la víctima como miembros de una conocida banda que opera en la ciudad. Y se investiga su participación en extorsiones tanto en Pascuales como en Flor de Bastión, noroeste de Guayaquil.
También se les atribuye a la banda un atentado con explosivos a un asadero de pollos en la parroquia Pascuales. Mientras que los integrantes de la organización criminal operaban, al parecer, desde Socio Vivienda (noroeste) y desde el sur de la ciudad.