La fuga de cerebros es una creciente preocupación para los gobiernos de varios países que están perdiendo profesionales en sectores claves como salud y tecnología. Esto lo advirtieron voceros oficiales en el Foro Mundial de Migración de la ONU, que concluyó ayer.
“Muchos países de origen sufren en distinto grado la fuga de cerebros. Durante años, los israelíes altamente calificados, por ejemplo, han salido de su país, en particular hacia el sector de alta tecnología en Estados Unidos”. Así lo señala un documento enviado al foro por los gobiernos de Bangladesh, Marruecos, Israel y Portugal, entre otros.
Actualmente hay entre 15 000 y 20 000 israelíes trabajando en industrias de tecnología de punta en el mundo, sin que ello haya catapultado el desarrollo de su país, expresa el documento. Muchos de esos países de destino condicionan las visas de trabajadores temporales o permanentes . Además, exigen a sus portadores que si van a sus países sea por períodos de menos de seis meses, de lo contrario pierden el derecho a volver y con ello los jugosos salarios de las empresas de las potencias mundiales, añade.
La partida de profesionales altamente preparados es “una preocupación seria en los países de América Latina. Las nuevas generaciones de médicos peruanos terminan trabajando en Estados Unidos”, señaló a la AFP , Max de la Puente, subsecretario de la Cancillería de Perú.
“La migración selectiva vaciará a países de origen de un factor indispensable para su desarrollo quitándole el personal altamente calificado”, denunció Ulises Fernández, subdirector de asuntos consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba. “Los estímulos a la emigración de personal altamente capacitado y talento de los países en desarrollo se convierten en verdaderos robos de cerebros”, añadió.
En Paraguay “tenemos una gran cantidad de enfermeras altamente especializadas que están emigrando a Italia. Ya hay faltantes de trabajadoras de ese sector en nuestro país”, expuso Felipe Robertti, director de asuntos consulares de la Cancillería paraguaya.
Pero el panorama no tiene por qué ser desolador, considera Jean Baptiste Meyer del Instituto de Investigación para el Desarrollo de Francia, al evocar diversas fórmulas como acuerdos bilaterales que se han empezado a ensayar para remediar “el éxodo de cerebros, que crea una legítima preocupación en los países de origen”.
“Hay redes de diásporas, por ejemplo, que se han organizado para que estos cerebros contribuyan con sus comunidades, transmitan sus conocimientos desde sus lugares de trabajo. Son profesionistas con un transnacionalismo, que tienen una doble lealtad y que además continúan con su preparación”, dijo Meyer.
Alianzas para la movilidad de los trabajadores altamente capacitados también se han firmado entre países como Dinamarca y la India, ejemplificó.
El problema, concluyó, es cuando en lugar de poder ejercer su profesión en otro país a través de acuerdos de migración regular y específicos para estos casos, terminan “emigrando bajo la sombra de la clandestinidad y, entonces, en lugar de fugas de cerebros lo que tenemos son cerebros totalmente desperdiciados”.
También se señaló que el cambio climático afecta más a los países pobres, amenaza la seguridad alimentaria y provocará un aumento de emigrantes. Hacia el 2050 podría llegar hasta 300 millones, según un documento divulgado en el Foro Mundial de Migración de la ONU en México.
El documento final se conoció la noche de ayer. Allí se establece una serie de compromisos y declaraciones tanto para los gobiernos como para las organizaciones de la sociedad civil.