No recuerda el día, pero sí la mayoría de detalles. En 1983, John Jara permaneció toda la noche en los exteriores de la tienda de discos Seth Godin’s, en Nueva York. Esperó allí hasta las 09:00 para comprar un reproductor de VHS de Pink Floyd.
Jara, de 51 años, rememora este hecho como el más anecdótico que vivió para comprar un artículo de su grupo preferido. Desde los 13 años es seguidor de la banda británica. En esa época guardaba la mesada que sus padres le daban para comprar escarapelas, casetes, afiches’El cuencano adquirió más ar-tículos de la banda, cuando su familia abrió el local de discos El Círculo Musical. Allí pagaba a plazos diferentes artículos.
Por su afición tiene 1 990 artículos relacionados con el grupo. Él prefiere no sacarlos de los estuches para que no se dañen.
Uno de los pocos objetos que salen de esa rigurosa clasificación es una almohada considerada como especial. Cuando va a una fiesta suele lucir una de las 15 corbatas alusivas al grupo. “Siempre llama la atención”.
Otro artículo preferido es un Ford Thunderbird de 1952, un carro clásico a escala de color blanco. Lo compró en 1985. Entre las piezas más singulares está una caja que incluye 32 papeles para fumar marihuana.
Lo más preciado es el boleto del concierto que fue el 11 de junio de 1994 en Nueva York. Pagó USD 750 por ver a sus ídolos.
José Paucar, de 36 años, es otro de los seguidores de la banda. Él colecciona artículos del grupo desde sus 18 años. Sonríe al contar que había semanas que compraba tres discos de la banda y que su familia le decía que ya estaba enfermo por la música.
Este arquitecto diseñó un estante especial es su cuarto para guardar los objetos de Pink Floyd. Allí están muñecos y discos que no deja que nadie toque.
Paucar también tiene en su oficina una área dedicada a la banda. Allí hay un muñeco llamado Mother Pink y discos.
Él siempre utiliza una prenda de vestir alusiva al grupo. Tiene camisetas y gorras.
Paucar suele escucharlos casi todos los días porque sus temas le relajan por su contenido filosófico. Además, suele entonar la música de esa banda con sus amistades y familiares.
Entre sus preferencias también está la película ‘The Wall’, porque narra como Pink (personaje del filme) escribía sus poemas y se burlaban de él. Eso le llama la atención porque muestra como el ser humano construye un muro, aislándose del mundo y por lo tanto de la vida.
Para Paucar, lo más grande sería el día que asista a un concierto de Roger Waters. “Sería como poder descansar en paz”.
Él imagina cómo diseñar un cuarto dedicado a la música y un espacio especial para esta banda británica que empezó a sonar en 1964 a partir de un grupo denominado Sigma 6. Antes de Pink Floyd tuvieron otros nombres.