Cuando Ángel Jiménez, de 58 años, abrió la mañana de ayer el portón negro de su casa ubicada en las calles José Peralta y Roberto Crespo, se sorprendió.
Eran las 09:48 cuando vio botellas rotas, fundas de comida, platos sucios de plástico y vidrios esparcidos sobre la acera del frente a su vivienda en la Ciudadela El Recreo, en el sur.
“Así como se preparan para las fiestas deberían organizarse después para la limpieza. Mucha gente que no es del barrio viene a la celebración y arroja los desperdicios a la calle. Nosotros, los moradores debemos recoger todo esto”, decía con cierta molestia.
En este sitio, la noche del domingo, se dio la tradicional serenata quiteña que se realizó en conmemoración de los 476 años de fundación de la ciudad.
La mañana de ayer, en algunos sectores de Quito se apreciaban los vestigios de los festejos.
Hasta este mismo sector llegó Alberto Pinta, de 59 años. Él reside en la Forestal Alta y se dedica a recoger botellas vacías, las cuales vende a USD 0,02 y 0,04, según el tamaño, en San Roque.
Cuando ayer salió temprano de su vivienda y recogía los envases de vidrio de su barrio, un conductor le indicó que fuera a la Ciudadela El Recreo porque “allá habían muchos más”.
“Desde las 07:30 que llegué he recogido alrededor de 120 botellas solo de este sitio”, decía mientras guardaba las botellas vacías en tres costales, que posteriormente embarcaría en una camioneta con rumbo a San Roque.
Esto pese a que durante las fiestas rigió una restricción de venta y de consumo de licor en los espacios públicos de la ciudad.
En este sitio aún quedaban los adornos de plástico rojos y azules, colocados en los postes .
Entre tanto, pasadas las 10:30 de ayer, la avenida Teniente Hugo Ortiz, frente a la Tribuna del Sur, permanecía cerrada. Allí se cumplía una competencia atlética, que contaba con la vigilancia de los policías de la zona.
En la avenida La Ecuatoriana y Clemente Concha, sector de La Ecuatoriana, así como también en las calles Alberto Orellana y Antonio Jaramillo, sector de El Pintado, en el sur occidente, la basura sobre las vías predominaba.
Desde la Despensa La Sabrosona, ubicada en la calle Alberto Orellana, Carlos Noboa, de 40 años, miraba los desechos esparcidos sobre el césped del parque, que está frente a su negocio.
“Esas fundas permanecen allí desde ayer (domingo). Fueron colocadas después de que se terminó el desfile en la Tribuna del Sur. Después de que se realizó el desfile apareció bastante basura en estas calles y en el parque, que suelen estar limpios”, decía.
Este morador esperaba que el camión recolector de basura pasara en la noche. Por este sector, los camiones de la Empresa Pública Metropolitana de Aseo (Emaseo) recogen los desechos los lunes, miércoles y viernes.
A las 10:30 de ayer, la avenida Teniente Ortiz, en cambio, permanecía cerrada.
En la Ciudadela Bermeo, sobre el sector de Los Dos Puentes, los moradores también esperaban impacientes la llegada del camión de la empresa municipal.
Uno de ellos fue Jorge Cruz, de 50 años. “No quiero que se ensucie mi frente, igual que esa esquina”, decía mientras señalaba las calles Manuel Ponce de León y José Villamil. En esta intersección, convertida en un basurero, se desarrolló la fiesta del barrio.
En el Centro Histórico hubo quien aprovechó el último día de las fiestas para pasear. A las 11:00 de ayer, la Plaza Grande estaba llena de personas. Entre ellas, Delia Sigcha y Javier Vaca, quienes desde El Condado fueron al centro a distraerse un poco. También llegaron estudiantes que tenían previsto presenciar el tradicional cambio de guardia.
En el norte, las huellas de los accidentes permanecían en las vías. En el parterre de la avenida Mariscal Sucre, a la altura de La Pulida, había un poste en pedazos con su luminaria destrozada.
También, en el parterre de la av. Galo Plaza, se apreciaban las latas de las carrocerías de dos carros accidentados ayer y que terminaron con la vida de tres personas.