La FIFA evalúa la posibilidad de jugar el partido inaugural del Mundial de Brasil 2014 en el Maracaná de Río de Janeiro y no en el estadio Itaquerao, de Sao Paulo, una de cuyas tribunas se derrumbó parcialmente al ceder una grúa que portaba parte de la cobertura.
El Ministerio de Trabajo bloqueó las otras nueve grúas que operan en las obras de ese escenario hasta que se emita un laudo técnico. Allegados al Comité Organizador del Mundial 2014 comentaron que el Maracaná y el Estadio Nacional Mané Garrincha, de Brasilia, ya se consideran como hipotéticos sustitutos del Itaquerao, en caso de que no cumpla los plazos mínimos para recibir la ceremonia de apertura de la Copa del Mundo.
Si existe una demora excesiva de las obras de reconstrucción de la tribuna destruida por el accidente del miércoles, la FIFA podrá desistir de que se dispute en el Itaquerao el primer juego previsto para el 12 de junio de 2014, señalaron fuentes al corresponsal del Grupo Estado en Suiza. Además del Maracaná, donde se jugó la final de la Copa de las Confederaciones, y del Mané Garrincha, que recibió la apertura de ese torneo en junio, también surge la posibilidad de que el primer partido del Mundial 2014 se realice en el Mineirao de Belo Horizonte, perteneciente al Cruzeiro, flamente campeón brasileño.
Los miembros de la FIFA que hablaron en Suiza a condición de mantener el anonimato comentaron que por lo pronto aguardarán el laudo de los peritos que recorrieron los destrozos en el ala este del estadio, perteneciente al club Corinthians, donde se desplomó una estructura de 420 toneladas que pendía de una grúa. En el accidente murieron dos obreros de la empresa construtora Odebrebrecht, de 41 y 44 años, respectivamente.
El planteo formulado por los voceros informales de la FIFA indica, en principio, que la entidad modificó su parecer en los últimos días, ya que el miércoles había hecho saber que “no hay un Plan B” para la apertura de la Copa fuera del Itaquerao. Lo que habría llevado preocupación a la entidad dirigida por Joseph Blatter es la hipótesis de que el retiro de los escombros y la reconstrucción de la parte afectada, que ocupa unos 5 000 metros cuadrados, insuma demasiado tiempo.
El segundo Mundial en suelo brasileño de la historia se jugará en 12 subsedes y la conclusión del Itaquerao estaba prevista para el 5 de enero, cuando comenzaría una serie de partidos de prueba. Se estima que la posición definitiva, o al menos más firme, de la FIFA podrá conocerse el viernes 6 de diciembre, cuando sus directivos viajarán al estado nordestino de Bahia para el sorteo de los grupos de la Copa del Mundo.
En Sao Paulo, entre tanto, el Ministerio de Trabajo bloqueó la utilización de otras nueve grúas emplazadas en el obrador donde se construye el Itaquerao y sólo autorizará su uso cuando cuente con laudos técnicos que garanticen la seguridad de los obreros. Expertos en construcción civil comentaron que sin las grúas se podrá avanzar poco en la finalización del estadio ubicado en el este de Sao Paulo, una de las zonas más populosas y humildes de la metrópoli.
La oficina de prensa de Odebrecht ratificó hoy que las actividades serán retomadas el lunes, tras cuatro días de luto, y precisó que “los trabajos en los que no se necesiten grúas serán realizados normalmente salvo en el área interdictada (la del accidente) por Defensa Civil”. Asimismo, Odebrecht prometió que solicitará, juntamente con los directivos de Corinthians, que los inspectores liberen a la mayor brevedad la autorización para que las grúas vuelvan a funcionar.
Este viernes, el comisario Luiz Antonio Cruz, de la policía paulista, anunció que ya indagó a varios empleados de Odebrecht, entre ellos un ingeniero a cargo de la operación en que la grúa cargó, a través de tensores de acero, la parte de la cobertura que finalmente aplastó un segmento de la tribuna. Por otra parte el comisario Cruz comunicó hoy que se dejó sin efecto hasta nuevo aviso la renunión, prevista para este viernes, con el operario a cargo de la grúa de más de 100 metros de altura que cedió y dejó caer el tramo de cobertura de 420 toneladas.
Se esperaba el arribo a Sao Paulo de técnicos de la empresa alemana que fabricó la grúa, mientras miembros del sindicato de trabajadores de la construcción comentaron que la misma contaría con una caja negra en la que se registran todas las operaciones y el momento en que fueron realizadas.