En diciembre del año pasado, el Fútbol Club Barcelona de España, solicitó al Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI), tres registros de su marca en el Ecuador: en la ropa deportiva, juegos (videos, futbolines…) y entretenimiento en general.
“Sin saber cuáles son las intenciones del Barcelona de España, cuando uno registra una marca en un país es porque tiene intenciones comerciales. Cuando quieren entrar al mercado, se quiere que la marca esté respaldada con un registro”, contó a EL COMERCIO Juan Fernando Salazar, director nacional de Propiedad Industrial del IEPI.
Ante esta solicitud, Barcelona de Ecuador presentó una contestación, el 13 de agosto de este año. “Nosotros estamos presentando nuestra posición al IEPI”, dijo Luis Noboa, vicepresidente del club torero. El dirigente añadió: “vamos a esperar (la respuesta del IEPI), para tomar una decisión”.
Al respecto, Salazar señala que en el IEPI se analiza la contestación que hizo el Barcelona de España a la oposición presentada por el Barcelona de Ecuador, en agosto pasado. Posteriormente, se abrirá un período de prueba y previo a la resolución del Instituto, ambos clubes pueden presentar alegatos; el plazo para esto es de dos o tres meses, a partir del pronunciamiento del Instituto de Propiedad Intelectual.
“Estos actos son susceptibles de apelación, cualquiera de las partes pueden hacerlo en contra de la resolución”, agregó Salazar. Añadió que por la proyección que tiene en el mundo el Fútbol Club Barcelona, este equipo español ha solicitado registros de marca no solo en Ecuador, sino también en otros países.
“Se está tramitando netamente el registro del nombre del Fútbol Club Barcelona, más su logotipo. Lo que una marca hace es proteger productos y servicios distintivos en el mercado”, agregó Salazar.
Sobre este tema, el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, calificó de “ridículo” el pedido del equipo español. “Me parece inconveniente, hasta ridículo, que después de 88 años, después de que los dos Barcelona, el de España y el de Guayaquil hayan jugado juntos algunas veces, a alguien se le ocurra que Barcelona tiene que cambiar de nombre”, dijo.
Nebot señaló que espera que ninguna autoridad nacional o internacional se preste para “tamaño desaguisado”. En su habitual cadena radial de los miércoles añadió: “yo no digo que no puede pasar, porque la vida me ha enseñado que en este mundo y en este país puede pasar cualquier cosa, digo que no debe pasar y que debemos permitir que pase”.