Con serpentinas, papelitos y juegos artificiales azulgranas, los aficionados recibieron a los campeones indiscutibles de la Serie A.
Desde las 15:30 los aficionados del Deportivo Quito vivieron su fiesta en la Plaza del Teatro, lugar de nacimiento del club de los chullas hace 61 años.
A medida que pasaban los minutos, cientos de seguidores llegaban al Centro Histórico para festejar con su equipo.
[[OBJECT]]
La caravana de hinchas que partió del estadio Atahualpa se congregaba en los exteriores de la plaza y los edificios aledaños.
En la tarima, la fiesta estaba preparada por la directiva del club, que llevó al Trío Supernova, un conjunto musical que entonaba cumbias y sanjuanitos al ritmo de los cánticos. Las bocinas de los automóviles, las banderas flameadas y los gritos enardecidos de la afición hacían eco en la plaza céntrica.
Las calles aledañas se pintaban de azul y grana. Familias enteras, parejas de enamorados, mujeres con niños en brazos; todos ellos unidos para festejar el campeonato de la ‘Academia’.
Andrés Villa fue uno de los primeros entusiastas en llegar al sector desde el estadio. El aficionado, que había visto el partido desde la barra brava ubicada en la preferencia, se identificaba como un ‘frenético hincha’ del Deportivo Quito.
A las 16:30 la Plaza del Teatro lucía completamente llena. La calle Guayaquil fue cerrada por la cantidad de seguidores que poblaban las calles. La vía se volvió intransitable por lo que el contingente policial presente cerró la calle a los automóviles.
A las 16:55 el bus con los jugadores del Deportivo Quito apareció en la calle Manabí. Los fanáticos se aglutinaron para ver a sus ídolos y la música paró.
El capitán Luis Fernando Saritama recibió los elogios de los fanáticos al levantar el trofeo que coronó al Deportivo Quito como campeón de la edición 2011 del fútbol ecuatoriano.
Los jugadores tardaron casi 20 minutos en bajar del autobús.
La Policía despejó a los periodistas de la tarima y los jugadores subieron al escenario en medio de fuegos artificiales y papelitos azul y grana para vivir la fiesta de los chullas, que celebraron el título hasta la medianoche.