El complejo de Colón está ubicado en el oeste de Santa Fe, en el sector periférico de Argentina. Hay cinco canchas con el césped y, a su lado, enormes parcelas de tierra que no ha sido trabajada.
Ayer por la mañana, en el lugar la temperatura bordeaba los tres grados y el viento sacudía los cuerpos de los periodistas que cubrían la práctica de Ecuador.
Los jugadores se agrupaban en el centro de la cancha para hacer su tradicional oración, un ritual que cumplen antes de cada práctica. En el fondo del campo, detrás del arco sur, un pequeño niño los observaba y se acurrucaba tras una valla publicitaria para evitar el frío. Era Fabiano Robinho Benítez (nueve años), el hijo de Christian Benítez.
El infante tiene un nombre futbolero: su padre lo bautizó así en honor a los delanteros brasileños del Sevilla y de Milan, a quienes admira. El retoño es fruto de su relación con Ana Mishel Acosta.
Ayer, Fabiano llevaba un delgado calentador celeste y una camiseta blanca. Se puso la capucha del calentador para evitar congelarse las orejas ¿Por qué viniste a la Copa? El niño levanta los hombros y sonríe pícaramente: “Le dije a mi papi que me trajera porque quería ver cómo era. Paso bien, pero ahorita tengo frío”.
Para llevarlo consigo, el ‘Chucho’ tuvo que gestionar un permiso del seleccionador Reinaldo Rueda. Fabiano tiene la consigna de no dar problemas y hasta ahora lo ha logrado: él comparte la habitación en el Hotel de Campo, donde concentra la Tri, con su padre y con Geovanny Caicedo.
¿Qué tal son la ‘Cuchara’ Caicedo y tu papi como compañeros de habitación? Fabiano agacha la cabeza y dice que Caicedo lo trata bien y que su papá siempre le consciente y le da tiempo. “A veces jugamos. Es bonito estar acá”.
El niño es parecido al goleador del América: la misma forma de los ojos, el color de la piel y los cachetes pronunciados. Además, lucen las mismas figuras en el cabello. “Nos cortamos el cabello en Quito. Fue idea de mi papá”.
A diferencia de su papá y de Fabiano y Robinho, el niño juega como volante y dice ser uno de los más destacados jugadores de la escuela Solidaridad, ubicada en el barrio Quitus Colonial. Vive con su abuela Carmen y aprovechó sus vacaciones para acompañar a su papá. Aún no conoce México y dice llevarse muy bien con Emily y Cristina, las hijas gemelas que tiene el jugador con su actual esposa Liseth Chalá.
¿Quieres ser futbolista? Sí, responde de inmediato. Ese es mi sueño. Y representar al país”. Hasta que su sueño se concrete, Fabiano Robinho sigue siendo el jugador 24 de la Selección, así lo han nominado. El acompañante de su padre y el único infante en una concentración llena de futbolistas experimentados.