Ya se está hablando de la creación del Instituto de Salud Pública e investigaciones que será el que sustituya al actual Instituto Nacional de Higiene Leopoldo Izquieta Pérez, de la ciudad de Guayaquil, me parece una excelente propuesta que debe irse consolidando para que pueda cumplir en mejor forma su gran cometido en el control de medicamentos y alimentos que son fundamentales para la supervivencia de las personas de toda condición social. Pese a su esfuerzo y a la dedicación de su personal técnico y auxiliar es indudable que en el transcurso del tiempo el Izquieta Pérez ha debido sortear muchos problemas y dar solución a la incesante demanda de registros sanitarios y el control de calidad tanto de los fármacos como de los preparados alimenticios. En la actualidad van a iniciarse los procesos de adquisición de medicinas para el sector público y el IESS, que son los que más compran a través de la subasta inversa, pero aparte de los mejores precios que se pueda obtener, hay que tener presente sobre todo la calidad y la efectividad de los mismos y no confiar en lo que digan los laboratorios farmacéuticos y los papeles que presenten, es imprescindible el registro sanitario riguroso y comprobatorio de los productos registrados, pero al mismo tiempo el posterior seguimiento y control de los lotes en las farmacias y expendedores de los mismos, es lo básico y primordial, no solo el medicamento debe ser barato por genérico sino demostrar su eficacia frente al combate de una serie de enfermedades tanto agudas como crónicas y obtener buenos resultados en la curación de los enfermos. Si el Instituto de Salud Pública e investigaciones planifican con el respaldo de la tecnología moderna y la preparación técnica del personal en institutos extranjeros, entonces podemos estar tranquilos y esperar los mejores resultados y cumplimiento de los anhelos de los ecuatorianos.