El puente entre la literatura local y latinoamericana tuvo en Juan Carlos Onetti, Jorge Luis Borges, José Donoso, Ernesto Sábato, Julio Cortázar, Alejo Carpentier, Pablo Neruda, Juan Rulfo, Octavio Paz, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes los pilares de la segunda mitad del siglo XX, junto con quienes pudimos vencer la barrera del silencio, la maldición de la malinche y la peste de la soledad. No nos cabe duda que la generación del ‘boom’ rompió todo esquema y provocó un cambio entre todos los hispanohablantes, para muchos – y me incluyo – sus libros son la larga y anticipada crónica de nuestra historia, tan compartida y pareja que, luego de todo, solo se entiende en la alegría de la fiesta y en el pesar de la muerte. Síntomas que motivan estas palabras a favor de la lectura, la relectura y la literatura, porque si cedemos frente al olvido, esta ganará y, desmemoriados y tontos nos perderemos en la niebla espesa y oscura, de lo que alguna vez fue una región transparente.