Edgardo Bauza llegó con la mirada al piso a la sala de prensa del estadio Olímpico de Riobamba. El DT de Liga de Quito caminaba pausadamente. Su plantel había caído 2-0 ante el Olmedo.
Esa derrota lo eliminó de las aspiraciones de clasificarse al torneo de la Copa Sudamericana. “Hemos jugado mal. En la semana trabajamos bien en las prácticas. Pero en los partidos demostramos otras cosas”, dijo Bauza.
Mientras los jugadores blancos salían presurosos del camerino sur. Nadie dio declaraciones. En las afueras del escenario riobambeño un centenar de aficionados blancos los esperaba. Solicitaban un autógrafo y una foto. Ángela Delgado, aficionada, solo logró captar a Ariel Nahuelpan con el rostro triste. “No puede ser que el equipo juegue mal. Ya deben hacer cambios y mandar a algunos jugadores”, decía enojada.
En el interior del estadio, el técnico Bauza explicaba que hay que sacar del bache futbolístico a sus dirigidos. Pues el gaucho planteó un 4-4-2 ante los olmedinos. Pero ayer se volvió a ver a una LDU sin un eje en la cancha, perdida en su propósito de jugar bien. Y al final quedó fuera de una copa, después de asistir permanentemente a ellas desde el 2003.
Las falencias defensivas se iniciaron con la pérdida de la posesión del balón por las bandas. Los defensas Néicer Reasco y Pedro Gámez fueron superados por los juveniles Jacob Murillo y Romario Caicedo. Además, hubo problemas entre Elvis Bone y Norberto Araujo. En tres ocasiones se chocaron por despejar un esférico y salían a destiempo.
En el partido, Bauza salió por cuatro ocasiones de la banda de suplentes y empezó a gesticular. Los reclamos estaban dirigidos a la línea de volantes y delanteros. El planteamiento del ‘Patón’ no tuvo la efectividad esperada por sus hinchas. Ellos arribaron en cuatro buses y autos particulares a la capital de Chimborazo.
El primer golpe anímico llegó a los minuto 20. El juvenil Murillo remató desde fuera del área que terminó en el fondo de las redes. Luego de cuatro minutos el argentino Hugo Prieto anotó la segunda anotación.
Al final, los jugadores locales salieron festejando, mientras que los albos perdieron la ruta.